Los
adictos de fila de las derechas –así la de Waterloo como la carpetovetónica--
siguen estando a la defensiva. Ni la una ni la otra tienen proyecto madre ni
perrito que les ladre. Que el Gobierno dice pitos,
los otros dicen flautas. Si Pedro Sánchez habla de responsabilidad, los de la
tenaza contestan con el castizo ´porque tú lo digas´. La tenaza es el
pintoresco compadreo entre el independentismo cátaro y el nacionalismo de BOE
de los de Casado y el de correaje de los voxtrencos.
Pedro
Sánchez habla de la «provincia» como unidad para la gradual salida de este
descomunal quilombo. El papelorio mediático y el piqueteo electrónico de TV3%
responde airadamente. Es la provincia –dicen— el ariete de la recentralización,
la pérdida de nuestras libertades. Naturalmente, los crédulos de cirio y
palmatoria se lo creen. Son incapaces de pensar que quien mantuvo y sigue
manteniendo la provincia en Cataluña
fue, primero Jordi Pujol y,
después Waterloo, que se empeñaron en no tener una ley electoral propia que constituyera a Cataluña como
circunscripción única. Les convenía más la provincia. Inciso: hasta el
mismísimo Fraga Iribarne (no
se olvide que don Manuel se llamaba también Iribarne) siempre fue partidario de
que Galicia fuera ´provincia´ única.
Esto
de la provincia, según los independentistas cátaros, tiene su miga. La Musa ha
escrito en La Vanguardia que esa organización territorial acabó con los reinos históricos. Lo dice como añoranza
del papel de aquellos reinos antiguos que, por lo que se ve, eran canela en
rama. No se olvide que esta buscarruidos tiene vara alta en Waterloo.
La
tenaza. Vox también intenta apretar la tenaza. Sus dirigentes están que trinan
por las salvas de aplausos de las ocho en punto de la tarde en reconocimiento
del personal sanitario. Molestos porque impiden que fragüe la cacerolada contra
el gobierno. Lo mismo, o tres cuartos de lo mismo, que piensan y dicen por lo
bajini los de Waterloo.
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