sábado, 25 de abril de 2020

¿Cuándo se jodió Vargas Llosa, Zavalita?



Mario Vargas Llosa ha vuelto a encabezar un documento político. El anciano literato no es capaz de estarse sensatamente quieto un instante. Consciente de su indudable capacidad de arrastre en los círculos, ya no de la derecha civilizada sino de la cavernosa, ha impulsado una selecta recogida de firmas donde figura lo mejorcito de cada casa evangélica de España y Latinoamérica. El mentado papel tiene un objetivo fundamental: apoyar la campaña de las derechas españolas contra el gobierno de coalición progresista. Intenta darle lustre a esa ofensiva no tanto con el texto sino con las firmas de ex mandatarios sudamericanos que dejaron sus respectivos países hechos unos zorros.  La firma de Alberto Fujimori no hubiera desentonado.

Poca chicha tiene el papel. Todo un despilfarro de tanta celebridad literaria para elaborar un texto –olor de col hervida y sabor de olla podrida-- que cualquier agrupación de derechas de la península de Kamchatka hubiera superado en calidad. La pluma de Vargas Llosa que conoce los efectos del superador superado, es la impertinencia de la entropía que no respeta ni a dios ni a su madre. Por lo demás, el texto es la expresión más cabal de la batología que persigue al que fue un celebrado renovador de la novelística sudamericana. Ya se sabe: la batología es aproximadamente repetir cansinamente lo mismo durante años y paños. Más o menos. Es la morbosa repetición de siempre lo mismo como un vulgar quimtorra, eternamente repetitivo.

Pero eso sería lo menos relevante del texto. Lo más significativo es su adhesión a la mentira organizada ya sea en forma de atribuir intenciones al adversario, ya sea en forma de bulos a granel. Véase hasta qué punto el manifiesto está escorado a endilgar intenciones más falsas que los viejos duros sevillanos. El manifiesto afirma pomposamente: «En España y la Argentina dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar las duras circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas que en otro contexto la ciudadanía rechazaría resueltamente».

No se dice quiénes, aunque todo apunta a Pablo Iglesias. Y no se menciona a Pedro Sánchez porque el interés es que rompa con el dirigente de Unidas Podemos. El redomado pícaro escribidor intenta meter jindama en el cuerpo: esos dirigentes quieren acaparar prerrogativas políticas y económicas.  O sea, pretenden aprovecharse de la situación para implantar el comunismo. Vargas haciendo de asustaviejas.

Queda en pié la pregunta nunca contestada: ¿Cuándo se jodió Vargas, Zabalita?

El texto del Manifiesto:
http://www.pp.es/actualidad-noticia/fundacion-internacional-libertad-encabezado-por-mario-vargas-llosa-ha-redactado

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