miércoles, 22 de abril de 2020

El tenebrismo y la tenaza de “Marbella” y “Waterloo”

La patriotería ha substituido la palabra por el eructo. La oposición hace tiempo que no razona, se limita a soltar regüeldos a destajo. Los independentistas cátaros no quieren ser menos. Ahora es el tenebrismo de los muertos lo que hace eructar a la oposición, formalmente constituida como tenaza contra el gobierno de coalición progresista. Los hunos mezclan obscenamente los muertos del coronavirus con los del atentado del tristemente célebre 11 de marzo en Madrid. Los hotros resuelven que si Cataluña fuera independiente no se habrían producido tantos muertos. Cada uno arrima la tenaza a su macabra sardina.  

El hombre de Marbella no ha superado el descomunal ridículo que hizo ante la opinión pública internacional y la doméstica tras afirmar e intentar imponer que los atentados de Atocha eran obra de ETA. Allí empezó la palabra de la derecha a perder dentina. El hombre de Waterloo –«sólo, fané y descangayado»--   intenta aprovechar la situación para forzar una quimérica salida hacia su ínsula Barataria republicana; cuando se fugó perdió el marfil, cemento y esmalte de su dentadura.   

Agotamiento del proyecto de las dos derechas. De un lado, el de Marbella no dispone de una propuesta para el país; de otro lado, el nacionalismo catalán tampoco cuenta, como lo intento antaño, un proyecto para España. Las fuentes de esas dos derechas se han secado por aquel camino verde  que iba a la ermita. Lo verdaderamente preocupante es que no parece que ese tipo de eructar sea exclusivo de la oposición española. No están solos en Europa esos estilos tenebristas.

En un interesante diálogo entre Massimo D´Alema y Maurizio Landini se valora el papel de las derechas en la tarea de reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial (1). Eran unos momentos en que derechas e izquierdas estimaban que ese compromiso social «permitía que se considerara posible, normal –incluso justo— que la política impusiera vínculos al mercado. Sobre este principio se fundaba el Estado de bienestar».

No se dan hoy esas condiciones, desgraciadamente. El papel de las derechas se reduce a poner de oro y azul a los gobiernos de izquierdas, de ahí no pasa. Con un visible estilo subversivo. Ahora presumen, los hunos, que han pinchado el globo del gobierno. Los hotros siguen amarrados al duro banco de la galera independentista. No parece que estos elementos hagan asco al estilo de Trump y a las maneras de Bolsonaro. Es más, tendremos que convenir que no son sólo casos locales,  sino formas que están definiendo una época.  De ellos, Rigoletto diría «Cortegiani, vil razza dannata». Todos ellos linajudos exponentes de la revuelta antiliberal y antiglobal que viene en gran medida de la derecha, precisamente de los mismos que exaltaron en su día la vitoria del capitalismo global.

         1)  https://italianieuropei.it/it/italianieuropei-1-2020/item/4282-%E2%80%9Cl%E2%80%99orizzonte-del-lavoro%E2%80%9D-dialogo-tra-maurizio-landini-e-massimo-d%E2%80%99alema.html?fbclid=IwAR2kuOEgtxxJsMEyvLPgNk5A9gHziaDEJSEgpb6DhP-DbM50BiWGaxmihLg

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