jueves, 7 de enero de 2021

Meditaciones desde mi ambulancia (y 39)


 

«Finis coronat opus» que, traducido por el viejo sacristán del curato santaferino, vendría a decir ´se acabó lo que se daba´. Es decir, se han acabado los viajes diarios tras haber agotado las sesiones de tratamiento radioterápico. Los profesionales sanitarios y los conductores de la ambulancia se han portado de maravilla. Cum laude.

La alegría de ser el último viaje queda oscurecida por los acontecimientos de Washington. El Hombre—bronca desde el arengario incita a sus seguidores a asaltar el Capitolio. Ya han visto ustedes las imágenes y sus consecuencias. Finalmente, Biden y Harris han sido proclamados presidente y vicepresidente de los Estados Unidos. Sospechamos, en todo caso, que Trump --ese hombre—no ha dicho todavía la última palabra.

Con todo, las imágenes de ayer son la quintaesencia  de lo que antaño se conocía como la «propaganda por el hecho», de profundas resonancias terroristas. Digamos, pues, que las imágenes son el mensaje global que Trump envía al mundo entero. Son la síntesis de su itinerario político: la mentira y la negación violenta de la legitimidad democrática. Son los dos ejes del subversivismo que se ha enviado desde la Casa Blanca. En España ha tenido sus seguidores bien aposentados en la política doméstica. Me imagino que han visto en esas escenas sólo un contratiempo, no una insurrección contra la democracia; sólo una chapuza que debería haber estado en mejores manos. A Mola eso no le hubiera pasado.

Finalmente, una leve insinuación: aquellos politólogos de oídas –también los hay diplomados-- que hablan de populismos de izquierdas y populismos de derechas deberían hacérselo mirar. Populismo sólo hay uno, y a tí te encontré en la calle.

Séame permitida la malafoyá santaferina: algunos comentaristas deberían hacer un esfuerzo por no repetir lo que se ha escrito. Sean originales, leñe.

La ambulancia me deja en casa. He hecho un cálculo a ojo: por lo menos he recorrido entre pitos y flautas cerca de cuatro mil quilómetros. Mi último pensamiento se dirige a los pacientes de La Seu y lugares similares que, diariamente, tienen que soportar muchas horas de viaje. Aprovechen que vienen elecciones y vuelvan a sacar el problema al cielo abierto.

 

Post scriptum.---  Don Venancio Sacristán tiene en los labios, cuando conviene, esta máxima: «Lo primero es antes».

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