«Finis
coronat opus» que, traducido por el viejo sacristán del curato santaferino,
vendría a decir ´se acabó lo que se daba´. Es decir, se han acabado los viajes diarios
tras haber agotado las sesiones de tratamiento radioterápico. Los profesionales
sanitarios y los conductores de la ambulancia se han portado de maravilla. Cum
laude.
La
alegría de ser el último viaje queda oscurecida por los acontecimientos de Washington.
El Hombre—bronca desde
el arengario incita a sus seguidores a asaltar el Capitolio. Ya han visto
ustedes las imágenes y sus consecuencias. Finalmente, Biden
y Harris han sido proclamados presidente y vicepresidente de los Estados
Unidos. Sospechamos, en todo caso, que Trump --ese hombre—no
ha dicho todavía la última palabra.
Con
todo, las imágenes de ayer son la quintaesencia de lo que antaño se conocía como la «propaganda
por el hecho», de profundas resonancias terroristas. Digamos, pues, que las
imágenes son el mensaje global que Trump envía al mundo entero. Son la síntesis
de su itinerario político: la mentira y la negación violenta de la legitimidad
democrática. Son los dos ejes del subversivismo que se ha enviado desde la Casa
Blanca. En España ha tenido sus seguidores bien aposentados en la política
doméstica. Me imagino que han visto en esas escenas sólo un contratiempo, no
una insurrección contra la democracia; sólo una chapuza que debería haber
estado en mejores manos. A
Mola eso no le hubiera pasado.
Finalmente,
una leve insinuación: aquellos politólogos de oídas –también los hay
diplomados-- que hablan de populismos de izquierdas y populismos de derechas deberían
hacérselo mirar. Populismo sólo hay uno, y a tí te encontré en la calle.
Séame
permitida la malafoyá santaferina: algunos comentaristas deberían hacer un
esfuerzo por no repetir lo que se ha escrito. Sean originales, leñe.
La
ambulancia me deja en casa. He hecho un cálculo a ojo: por lo menos he
recorrido entre pitos y flautas cerca de cuatro mil quilómetros. Mi último
pensamiento se dirige a los pacientes de La Seu y lugares similares que,
diariamente, tienen que soportar muchas horas de viaje. Aprovechen que vienen
elecciones y vuelvan a sacar el problema al cielo abierto.
Post
scriptum.--- Don Venancio Sacristán tiene en los labios, cuando conviene, esta
máxima: «Lo primero es antes».
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