Las
alarmas han saltado en los chambaos del independentismo catalán. Nervios al por
mayor y detall. El «efecto Illa» con uno u otro diapasón está desquiciando al
governet y a las fuerzas que le apoyan. A ello se le añade ahora los dos
últimos elementos: por segunda vez el Tribunal Superior de Justicia de
Catalunya desestima el decreto –la
mandanga, que nosotros decimos— que anulaba la fecha electoral del 14 de
Febrero; y el conseller, que se encargaba de la preparación de las elecciones,
ha sido inhabilitado por desobediencia.
Con
todo, los niveles de pánico han subido tras la aparición de la encuesta del
CIS. Lo más sangrante –me apresuro a significar-- es que no aparece mayoría del
independentismo. Claro, son solamente encuestas, pero lo cierto es que el
independentismo «té els meats al ventre». Ahora bien, a tenor de la reacción de
Waterloo y ERC podemos sospechar que
ellos tienen encuestas propias todavía menos esperanzadoras para sus intereses.
Desde el priorato de ERC se pone de chupa de dómine a la justicia, con tan mal
tino –entrando en una deriva deslegitimadora-- que le ponen las cosas
rematadamente mal a quien puede concederles el indulto. Y desde Waterloo se
pasa a un nuevo paradigma al que se debe prestar atención.
El
director de comunicación de Waterloo, Pere Martí Colom, explica que hay una «operación de Estado en
marcha para desplazar al independentismo
de la centralidad política», forzando una victoria electoral del 14 de Febrero.
Por tuiter, no faltaba más. Tiene todas las trazas de seguir los pasos de la
«Escuela Trump»: primero, una insinuación; segundo, puesta en marcha de la
manivela para propalarla; y finalmente –cual el aria de La
Calunnia del Barbero de Sevilla-- se
produce il colpo di canone como
colofón del infundio. La peste, la peste trumpista. O sea, la conspiración
contra el independentismo. Así empezaron en Alemania y sus alrededores con lo
de los Sabios de Sión. Y desde el Pardo constantemente se arremetía contra «el
comunismo y la masonería».
De
todas formas, se entiende la irascibilidad de este adjunto a Waterloo: fue él
mismo quien, al minuto de la aparición del
decreto por el que se anulaba la fecha electoral, tuiteó jubiloso: «Así
tendremos más tiempo para ganar cómodamente las elecciones».
Ojo,
no le pierdan el ojo a las excusas que se sacará Waterloo: de momento ha
ensayado la truculencia de la conspiración, el ´enemigo exterior´. Que en ese
caso serían «los de regadío». Error, incluso para sus intereses. Porque les
están diciendo a la feligresía que contra el enemigo no se puede nada.
Es
posible que, como escribe Quim González, ensayen
otro recurso: «Como hay pocas cosas que hacer en estos tiempos de confinamientos, voy a
jugar a adivinar el futuro. Estoy convencido que en el supuesto que se mantenga
el 14F la ANC, junto a los medios de comunicación afines, empezará una campaña
soterrada de INSUMISIÓN para que las personas designadas a formar parte de las
mesas electorales “anuncien su renuncia por miedo a contaminarse”. Se aceptan apuestas. Y así empezaría la
campaña, que faltaba, la del miedo».
Acabo este ejercicio de redacción con
una propuesta: con la idea de ayudar al avance de la ciencia psiquiátrica
sugiero que, en el historial clínico de los pacientes, se incorporen los tuiters
que haya emitido, recuperando incluso los borrados.
Post scriptum.--- Saber qué condiciones se requieren para que un número sea divisible por 11 no es sobrero, pero conocer que «lo primero es antes» es fundamental. Lo recordaba don Venancio Sacristán.
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