sábado, 16 de enero de 2021

La martingala del retraso electoral catalán


 

 

El maestro Lluís Foix alertaba ayer en su columna de La Vanguardia: «Lo más probable es que las elecciones se celebren cuando convenga a quienes tengan la capacidad de desconvocarlas» (1). Magistral retruécano el del veterano periodista.

Así ha sido, se convocan las elecciones para el día 30 de Mayo por aquellos que las habían hecho para el 14 de Febrero. Elecciones  prêt—à—porter. Tras la re-convocatoria, un tal Pere Martí, Jefe de Comunicación de Waterloo, se dirigía desde la ciudad a los campanarios con este mensaje: «Ara tenin més temps per a guanyar bé». Blanco y en botella. Hemos entendido: no se trataba de autodefensa ante el coronavirus sino de ganar tiempo.

También nosotros dijimos, desde la molesta irrelevancia de este blog, lo siguiente: «Ojo, esa evolución de la pandemia se puede gestionar al servicio del retraso electoral. No sería la primera vez que el poder usa las calamidades pro domo sua». Elecciones a la carta. «Ahora –dice ese Martí— tenemos más tiempo para ganar cómodamente». El mismo desparpajo del que fuera ayudante de campo del pío Fernández Díaz: «Si gobernamos, la jodienda de los fiscales puede cambiar».

Así pues, la agrupación de agraviados por la aparición de Salvador Illa en el escenario electoral ha agachado, aliviada, la cabeza. En primer lugar, los partidos que están en el governet: ninguno de los dos, Waterloo y ERC, querían correr el riesgo de la humillación de verse sobrepasados por los socialistas; también el mustio Carrizosa (Ciudadanos) se siente agradecido porque piensa que podría remontar el vuelo gallináceo que le atribuyen las encuestas; los de Casado –piensan sin saber exactamente por qué-- cualquier retraso les favorece. Así pues, los constitucionalistas de papel de estraza pueden estar agradecidos al apaño de Waterloo y ERC. Un apaño que, tal vez, abra complicaciones en el interior del priorato de Oriol Junqueras. Hemos escrito hace unos días lo siguiente: «hay quien se malicia que Oriol Junqueras esté más interesado en ser el candidato a presidente de la Generalitat a que la opción actual (Aragonès) sea la que prevalezca» (2). Vayamos al grano: si el joven Aragonès es el candidato a la presidencia y gana las elecciones, el viejo Junqueras puede ir despidiéndose de llegar a lo alto de la cucaña. Ahora podría ser su oportunidad, porque –con o sin fundamento— cree que el indulto le llegará antes de la nueva fecha de las elecciones catalanas. 

En todo caso, el retraso de las elecciones es otra conclusión del fracaso del procés; muestra la incapacidad de quienes han estado desorganizando y agravando los asuntos públicos; y finalmente expresa el carácter iliberal de los dos cacicazgos del independentismo catalán. Pero, ya lo hemos dicho antes: enseña el miedo a verse superado otra vez por quienes no están en los establos de Augiás. Canguelo al por mayor y detall.

Se trata de una decisión extremadamente grave. Sin embargo, los principales agraviados, los socialistas, no recurrirán la martingala. No creo que sea prudencia, sino más bien otro de esos momentos en que los socialistas catalanes se empeñan en perder oportunidades. En esta ocasión, además, con el agravante de que la falta de respuesta a la martingala es un elemento que induce a desbaratar la necesaria participación. Lo digo sólo con la voz queda, pues podría ser que el PSC tuviera razones que a un servidor se le escapan, lo que no sería nuevo.

 

Post scriptum.---  El Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, insiste en que «el cuerpo no está hecho para la fornicación, sino para el Señor». Oiga, mosén: ¿por qué hay que meter al Señor en estas quisicosas? Eso le pasa al mitrado por no atenerse a la regla propedéutica que afirma: «Lo primero es antes». La enseñaba don Venancio Sacristán

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