Con tantísima frecuencia se manosea el término «histórico» que se
cae en el ridículo más espantoso. Sin embargo, cuando el acontecimiento se
aproxima a serlo pasa desapercibido. Pongamos que hablo del comité de empresa
de la CAF (Besain), que ha hecho público un
comunicado importantísimo. No se me caen los anillos si afirmo que, al menos
para un servidor, es «histórico». El
profesor Antonio Baylos lo ha tratado in extenso en su blog
(1).
Se trata de lo siguiente:
«La empresa de ferrocarriles CAF está incluida en un proceso de
licitación para construir una nueva línea de tranvía en Jerusalén. Para ello,
deberán expropiar tierras palestinas, lo que ha suscitado una gran polémica
internacional. Ante esta situación, el comité de empresa de CAF Beasain ha
considerado que no tienen que participar en trabajos en contra de la legalidad
internacional.
» Existe un consenso general respecto de la ilegalidad del
proyecto, tanto por su trazado, como por ser discriminatorio al ser de uso
exclusivo de colonos en tierra Palestina”, han indicado el sindicato LAB.
» Consideramos que cualquier proyecto de tranvía, de cualquier
ciudad del mundo, y por supuesto de Jerusalén, debe de producirse respetando
los derechos humanos y la legalidad internacional. Tanto el plenario, como el
Consejo de seguridad de la ONU, así como la Corte Internacional de Justicia, a
través de diferentes resoluciones, se han mostrado en contra de la ocupación de
los territorios donde transcurrirá el citado tranvía”, han añadido.
» Teniendo en cuenta que en este caso el proyecto ha sido
totalmente rechazado por la parte palestina, el comité de empresa no entiende
qué puede aportar en positivo a CAF, por lo que ha instado a la dirección a
renunciar a la citada licitación».
Me ha sorprendido la escasa atención que se ha prestado al
artículo del profesor Baylos especialmente por las organizaciones sindicales
confederales. No fue el caso de Paco Rodríguez de Lecea,
cuya reflexión no se hizo esperar (2). Paco
es, efectivamente, un sindicalista emérito al que le hierve la sangre como en
sus años mozos.
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