Se
propone que el manifestódromo (es
decir, el número de personas que acuden a un acto de protesta en un lugar
concreto) tenga como unidad de medida el «colón». Me explico: la delegación del
Gobierno (PP en aquella época, año 2016) contabilizó los asistentes en 50.000
personas. Fue un acto con casi las
mismas características que la del domingo pasado. El colón, pues, y no se hable
más.
En
el post anterior hacíamos una valoración de urgencia. Nos mantenemos en lo
dicho y, si podemos, ampliaremos las consideraciones que allí dejamos escritas.
Fracaso sin paliativos. Es el fruto, no de la improvisación, sino de una
estrategia que, de momento, no resulta convincente para el grosor del
electorado de la pareja de hecho Casado y Rivera. Con la correspondiente
carabina. Los tres, cual aquella bestia dantesca, «tras comer tiene más hambre
todavía» (1). Los de la Adoración
Nocturna se han pasado de rosca. El primero no cuaja en su afán de nostálgicas
violetas imperiales y el segundo
danza del coro al caño y del caño al
coro.
Dicen
algunos gastrónomos de secano que el consumo de sapos tiene límites. Pues bien,
tanta desfachatez política, tan estajanovista producción de mentiras, tanta
carga de ideología de baratillo no han conseguido el consenso del grosor del
pluriverso de las derechas españolas. La unidad de medida del «colón» lo pone
de manifiesto. La plaza madrileña fue solamente un trampantojo. O un péplum. En
todo caso, me aventuro a decir que hay algo más que déficit de consenso. Tan
exigua cantidad de manifestantes en proporción al número de votantes, hace que
deslicemos otro concepto más fuerte: se trata de desafección, al menos en
relación a un tema tan sensible como la injuria de que Pedro
Sánchez es un vendepatrias que se ha entregado con armas y bagajes al
independentismo catalán, y que para remediarlo se le considera «ilegítimo» y,
por tanto, un «felón okupa». Conclusión, la convocatoria de una magna
concentración que, así las cosas, se
convertía en motín. Belicosidad subversiva. Exhibición de casticismo y
ninguna referencia a Europa.
La
Adoración Nocturna ha demostrado ser una peña de gente bisoña, teledirigida por
una persona que camina aceleradamente al más castizo sentimiento trágico de la
vida. José María Aznar.
Fiasco, pues. Definitivamente falló aquello que algunos cantaron: «Hoy puede
ser un gran día».
Atención
a una curiosidad: Manuel
Valls, el candidato a la alcaldía
de Barcelona paseó su soledad por la plaza de Colón. La mitad de su lista
electoral dejó claro que no iría. Igualmente chocante fue la presencia de aquel
José Luis Corcuera y
sus faralaes buscando desesperadamente una puerta para darle una coz.
Con
todo, el cuadro político se mantiene en sus líneas generales. Mañana empieza el
juicio contra los dirigentes del procés.
Me sospecho que la convocatoria de la concentración era un aviso al Tribunal,
algo así como decirlos: “Sepan ustedes dónde están los patriotas”.
1)
Dante Alighieri.
Divina Comedia (Capítulo 1, verso 99, Infierno)
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