viernes, 11 de septiembre de 2020

Quim Torra, charlatán de feria


 

Cuando un feriante alza la voz, micrófono en ristre, y pregona sus muñecas chochonas, se está ganando honradamente la vida. Pero cuando Quim Torra intenta imitarlo se convierte en un charlatán. Desde luego, no es el primer político que convierte su actividad en pura garrulería, pero posiblemente es el que más la ha banalizado. Ahora, en el contexto de este 11 de septiembre ha dejado caer dos chochonas.

Primera chochona: ha dicho que Pedro Sánchez debe pedir perdón por el fusilamiento de Lluis Companys. Segunda chochona: que la actitud ante los presos políticos independentistas es equiparable a la del fusilamiento de Companys. Estaríamos, así las cosas, ante lo que el historiador Josep Burgaya explica: «En el mundo independentista hay una auténtica subasta entre los tres grandes grupos sobre quien es el administrador de las esencias y de la radicalidad» (La Vanguardia, del pasado 5 de setiembre).

En todo caso, también en esta ocasión Torra ha banalizado el fusilamiento de Companys y ha dado solemnidad grotesca al encarcelamiento de los políticos presos. No se trata de un pronto, no es algo improvisado ni es la primera vez que lo cantan este tenorcillo y sus partiquinos. Es, además, una reescritura de la historia, siguiendo los pasos de Confusio (sic), aquel personaje del episodio nacional ´Prim´ que estaba escribiendo la historia de España, «no como era, sino como debía ser», según su propia confesión.

Las dos chochonas son, a estas alturas, el reconocimiento de que la sintaxis independentista, fracasado el procés, ha entrado en barrena.  Pura hojarasca para tensionar a quienes tengan el ánimo por los suelos. Las viejas canciones de gesta ya son un disco rayado. Deben ser, pues, reemplazadas por eructos mediáticos que quepan preferentemente en tuiter. Ahora bien, oído cocina: esas dos chochonas no van dirigidas a Pedro Sánchez, ni a quienes no comulgamos con la hostia consagrada del independentismo; se lanzan contra Esquerra Republicana de Catalunya, el partido más rival de Waterloo, su principal competidor en el reparto de la túnica sagrada.

Bien mirado el asunto nos parece del todo normal: fracasado, desde su raíz, el procés ya no queda material político; lo que hay es pura cascarria. La competición entre los independentistas a golpe de regüeldos por tierra, mar y aire. Lanzamiento de pitracos.

En definitiva, un 11 de setiembre singular presidido por la acción de truchimanes que se tiran los tarros de las esencias los unos a los otros. La Diada la han convertido en una fecha más del almanaque.

 

Post scriptum.--- Una vez más: «Lo primero es antes», primer axioma del Almagesto de don Venancio Sacristán.

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