viernes, 25 de septiembre de 2020

Borboneo y ruptura de la separación de poderes.


 

Mal andamos. Empiezo a escamarme porque intuyo que podemos ir peor. Es mejor que me equivoque.

Veamos: el Gobierno no autoriza que Felipe Sexto acuda al encuentro de Barcelona donde se hace entrega de los despachos de la promoción de jueces. La derecha organiza el alboroto. El presidente del Consejo General del Poder Judicial pone el grito en el cielo. Carlos Lesmes extremadamente imprudente, manifiesta el «enorme pesar» de la institución ante la ausencia del Rey. No hace falta ser excesivamente avispado para entender que ha montado un tole tole contra el Gobierno. Peor todavía, «el propio Lesmes  ha comunicado a los integrantes de la última promoción de la Carrera Judicial durante un encuentro que ha mantenido con ellos que el Rey le telefoneó para  comunicarle que le “hubiese gustado” acompañarle en dicho el acto».  Es una información de  Europa Press. Estos son los datos.

No se trata de una simple pérdida de papeles. Aquí hay marro. Si Lesmes comunica la llamada del Rey y sus contenidos parece claro que tiene la autorización expresa del monarca para hacerlo. Lo cual tiene la peor pinta del mundo. El Rey se ha lanzado desparpajadamente al borboneo, interfiriendo en la Constitución y Lesmes, que habla en nombre de un colectivo cadavérico en sus funciones, violenta la separación de poderes.  O hay una rectificación pública del sexto Felipe --«lo siento, no volverá a suceder»-- o las cosas pueden irle rematadamente mal.

 

Post sriptum.--- «Lo primero es antes», don Felipe. Lo dice don Venancio Sacristán.

 


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