martes, 17 de julio de 2018

Otro partido en Cataluña: pocos éramos y parió la abuela





Está naciendo la Crida Nacional  per la República. Ferran Mascarell, perejil de salsas diversas, hizo su presentación en el Ateneu de Barcelona. Es el nuevo partido de Carles Puigdemont, el hombre de Berlín. Primera conclusión provisional: este nasciturus es otra constatación del fracaso de las fuerzas políticas soberanistas. La nueva formación nace con el mismo estilo de ciertas fuerzas políticas italianas que, cuando no consiguen sus resultados, se transforman en otra cosa para olvidar el fracaso de lo que pudo haber sido y no fue. 

Andreu Claret ha analizado el nacimiento de la Crida Nacional per la República en su cuenta de Facebook. En Minicrónicas catalanas 99. Que, como en las anteriores, es una muestra de sagacidad y sutileza. Afirma el maestro Claret: «… la unidad para la República que supone esta Crida Nacional es la de la mitad de la sociedad. Ni eso. Constituye un paso más hacia la reconstitución de la antigua Convergéncia, apurando otra ficción: la del 1-O como el día en el que Catalunya se autodeterminó. Un ardid para alcanzar la hegemonía dentro del campo soberanista. Una opa a los compañeros de viaje del Procés para encarar con ventaja las próximas elecciones municipales».

Me permito, en todo caso, un matiz, casi una pejiguería: yo no creo que esta Crida sea “un paso más a la reconstitución de la antigua Convergéncia”. Entiendo que es una discontinuidad en toda la regla. Poco que ver con la antigua Convergéncia.

Durante los años de oro de Convergéncia, este partido fue pública y formalmente autonomista. Un partido «de orden». Accidentalista, además, en lo referente a la forma de Estado en España. Las relaciones de Pujol con la Monarquía siempre fueron excelentes. Un partido europeísta que, en las materias sociales y económicas, siempre se identificó dentro y fuera del Parlamento con las derechas españolas.

El nuevo partido del hombre de Berlín es otra cosa. Su objetivo es la independencia de Cataluña y su carácter está en consonancia con las formaciones nacional populistas que han emergido en Europa. Un partido que concretamente está a la derecha de Convergència.

Así las cosas, con este partido puede empezar la decadencia en Cataluña.  

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