viernes, 20 de julio de 2018

La paradójica decisión del juez Llarena



Hay políticos independentistas poco avisados en Cataluña. Políticos que no están en la cárcel, se entiende. Son gentes que han celebrado ad libitum la derrota del magistrado Llarena, un juez que se ha empecinado en hacer justicia aunque se hunda el mundo. Son gentes que necesitan mártires para mantener la oriflama de un movimiento que se distingue por girar siempre sobre su mismo eje.

Llarena ha retirado la euro orden. ¿Albricias? Primera consideración provisional: Carles Puigdemont y sus seguidores podrán circular libremente por Europa, pero no podrán volver a casa. Puigdemont o el holandés errante. Ciertamente, se está mejor en Bruselas que en la cárcel. Pero el grupo que sigue en la cárcel verá hasta qué punto se complica su situación personal. A su vez, el juez campeador, creerá tener más argumentos para exhibir el riesgo de fuga de los encarcelados. Eso sí, el independentismo mantendrá la llama sagrada. De rebote, la situación política seguirá estacionaria.

Y hasta es posible que Llarena se ría para sus adentros.  

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