Hay
políticos independentistas poco avisados en Cataluña. Políticos que no están en
la cárcel, se entiende. Son gentes que han celebrado ad libitum la derrota del
magistrado Llarena,
un juez que se ha empecinado en hacer justicia aunque se hunda el mundo. Son gentes
que necesitan mártires para mantener la oriflama de un movimiento que se
distingue por girar siempre sobre su mismo eje.
Llarena
ha retirado la euro orden. ¿Albricias? Primera consideración provisional: Carles Puigdemont y sus
seguidores podrán circular libremente por Europa, pero no podrán volver a casa.
Puigdemont o el holandés errante. Ciertamente, se está mejor en Bruselas que en
la cárcel. Pero el grupo que sigue en la cárcel verá hasta qué punto se complica
su situación personal. A su vez, el juez campeador, creerá tener más argumentos
para exhibir el riesgo de fuga de los encarcelados. Eso sí, el independentismo
mantendrá la llama sagrada. De rebote, la situación política seguirá
estacionaria.
Y
hasta es posible que Llarena se ría para sus adentros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario