Primer tranco
Decíamos ayer, concretamente el 19 de septiembre del año pasado: «Andalucía. Podemos e Izquierda Unida están realquiladas en la casa de Adelante Andalucía, una organización casi recién salida de la pila del bautismo. Comparten el alquiler, con derecho a cocina, con Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista. Izquierda Unida a su vez tiene como inquilino al Partido Comunista. Demasiados huéspedes en un mismo piso.
Decíamos ayer, concretamente el 19 de septiembre del año pasado: «Andalucía. Podemos e Izquierda Unida están realquiladas en la casa de Adelante Andalucía, una organización casi recién salida de la pila del bautismo. Comparten el alquiler, con derecho a cocina, con Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista. Izquierda Unida a su vez tiene como inquilino al Partido Comunista. Demasiados huéspedes en un mismo piso.
»Adelante Andalucía
surgió porque Podemos regional vivía en confrontación permanente con el grupo
central, liderado por Pablo Iglesias, el Joven. La partida de nacimiento de
A.A. estaba orlada por un proto nacionalismo que iba a la búsqueda del tiempo
perdido. No era andalucismo, sino un genoma nacionalista, completamente inédito
en las tierras del Sur. Por lo demás, el nacionalismo era algo chocante dado
que el grupo mayoritario de esa Arca de Noé siempre exhibió su color
trostkista.
»Los seguidores
de Lev
Davidovic,
levantaron acta del fracaso de la revolución mundial y organizan el quilombo en
el campanario meridional. Su lema bien podría ser el celebérrimo «Creo quia
absurdum», que formuló desparpajadamente Tertuliano. Creo porque es
absurdo. «Absurdo», no «paradoja» como afirmó Soren Kierkegaard siglos más
tarde.
»En resumidas
cuentas, Teresa Rodríguez –primera dama de AA— y el Torra, primer vicario de
los frailes mendicantes de Waterloo, están en posiciones políticas que, andando
el tiempo, podrían converger. De momento, palinodia del trostkismo» (1).
Segundo tranco
Por
lo dicho podemos llegar a una primera conclusión provisional: la reciente
operación de la Rodríguez hacía tiempo que se había fraguado, seguramente al
margen de su socio andaluz, Izquierda Unida, que en todo caso no parece que
estuviera al tanto de la deriva protonacionalista de la cosa. La fascinación por la CUP era, no obstante, bien visible. Con
lo que –entiendo yo y lo escribo con cautela--
que en la espantá de la Rodríguez y sus compañeros hay una
responsabilidad indirecta de Izquierda Unida, ya que en la elaboración del
manifestó de Adelante Andalucía puso tanto entusiasmo político y tanta
chatarrería teórica como la tan repetida Teresa Rodríguez.
Lo
chocante del caso es: ¿por qué una serie de dirigentes políticos de Izquierda
Unida, con cinco o seis quinquenios de experiencia no advirtieron de la
política de campanario del manifiesto Adelante Andalucía? Conspicuos dirigentes --dómines del marxismo de mercadillo-- que se dieron un atracón de Althusser y Lukacs con media y mitad de Gramsci
no advirtieron que el manifiesto de marras era una ruptura con lo que decían
los maestros de las nieves de antaño. Tal vez se dijeron que se trataba de
evitar lo peor, sin saber exactamente qué es eso de lo “peor”. Olvidaron, en
todo caso, la enseñanza del secretario florentino: «Siempre que se intenta
evitar un obstáculo se incurre en otro distinto». (El Príncipe, XXI).
Tercer tranco
Es
chocante que, cuando se acentúa la globalización y la interdependencia –no sólo
en la economía-- un sector que se
reclama de izquierdas opte por el aldeanismo, por el discreto encanto del
campanario. Es como si a Trotsky se le declarara «poeta y aldeano». Tercera conclusión:
Dios le da nueces a quien no puede roerlas.
Por
ti doblan las campanas, Teresa.
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