martes, 18 de febrero de 2020

Judíos y catalanes


En los primeros andares del procés sus dirigentes prometían el oro y el moro. Luego supimos, por boca de la ex consejera Clara Ponsatí, que iban ´de farol´. Oro del que cagó el moro; plata, la que cagó la gata. En aquellos entonces, recién nacida la creatura, su célula de enardecimiento propaló este chisme: Israel financiaría generosamente gran parte de los gastos de la marcha de Cataluña hacia la independencia. Dinero a cascoporro. La feligresía, que todavía no estaba al tanto del farol,  lo creyó porque, siguiendo a Tertuliano, es absurdo. Lo creyó porque, además, el tonillo de voz que lo difundía tenía un aspecto de complicidad clandestina. Que, sobre todo, parecía exigir discreción; o sea,  su contrario: que se difundiera a destajo.

El bulo duró poco. Ahora bien, Israel continuó apareciendo –siempre a la remanguillé--  en el imaginario de los dirigentes del independentismo milenarista. Waterloo utilizó repetidas veces de forma espuria  una especie de paralelismo entre el sufrimiento del pueblo judío y la causa catalana. Ya lo ha advertido Xavier Vidal—Folch: «Siempre el historicismo fue coartada de los nacionalismos», una expresión educada que, traducida al lenguaje de mostrador de tasca, sería: determinadas historietas son el abrevadero de los nacionalismos. Pero tantas veces como los prebostes independentistas se referían al «pueblo judío» otras tantas se respondía desde la embajada de Israel en España, llamándoles al orden de manera, en ocasiones, muy severa.

Clara Ponsatí hace oídos sordos a las advertencias de las autoridades israelitas. Entiende esta señora que su sobrevenida valentía como eurodiputada le da arrestos para volver a la carga. Debe, sobre todo, redimirse ante la gente que se sintió ofendida cuando afirmó que el levantamiento del 1 de Octubre fue un farol. O sea, una simulación de los tahúres del Misisipi. Y suelta en su discurso de puesta de largo en la eurocámara –volviendo la burra al trigo--  la relación entre los Reyes Católicos, la expulsión de los judíos de Sefarad y Cataluña. Así las cosas, provoca una doble indignación: la de las asociaciones judías y las de los historiadores no agachados al independentismo.

La asociación judía más importante del mundo, American Jewish Committee, exige a la Ponsatí que rectifique (1); los historiadores se limitan a dejar constancia del disparate de la eurodiputada y le recuerdan que sus antepasados usaron el látigo antes que Isabel y Fernando.

 

De momento, esta señora no se ha dignado responder. De hecho, no puede: acabaría siendo el pito del sereno independentista. Conclusión: así son los personajes del Res Gestae del independentismo.

1)    https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/clara-ponsati-judios_319016_102.html     

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