miércoles, 17 de febrero de 2021

La importancia de Salvador Illa

Los independentistas temen que Salvador Illa se presente a la investidura. De ahí que tal vez el próximo presidente del Parlament le niegue esa posibilidad. Algunos medios ya lo han advertido.  El interés de Illa es claro: jugar el papel institucional, que le corresponde como representante de la lista más votada en las elecciones del domingo pasado.  Tanto Aragonès García como Laura Borràs –segunda y tercera-- se opondrán a ello con las argucias de la talabartería parlamentaria que permite simultáneamente un cosido y un barrido, un estofado y una pepitoria

Illa aprovechará desde el primer momento las posibilidades que, aunque son pocas a primera vista, le pueden dar mucho juego en esta legislatura que todavía no ha empezado.  Dispensen la obviedad: Illa no es Arrimadas, que se dejó la bolsa y la vida cuando decidió hacer mutis por el foro tras haber ganado las elecciones autonómicas. De ahí le vienen los problemas más gordos que ha generado la reciente hecatombe de Ciudadanos

Esta es una legislatura un tantico chocante: los socialistas ganan las elecciones, pero Esquerra republicana de Catalunya tiene la llave para formar un gobierno con Illa y la pundonorosa Albiach o con Waterloo. En todo caso ya sabemos que Aragonès optará por Waterloo.  Ahora bien, este gobierno  independentista estará fuertemente condicionado por dos elementos: primero, hereda la incompetencia política y de gestión del anterior; segundo, que constantemente se verá amenazado por la posibilidad de conformarse un gobierno tripartito. Más todavía, tanto en uno como en otro caso, Salvador Illa tiene detrás a Pedro Sánchez que –digámoslo sin florituras— tiene en sus manos la hipótesis del indulto a los políticos presos y, sobre todo, la llave de los fondos europeos. Más claro, el agua.

Primera conclusión: Illa puede jugar un papel relevante, porque –aunque esté en la oposición—puede ´ejercer´ de gobierno de España. Es como si dijera: tengo la llave de la  Mesa de negociaciones, tengo la llave de ir «¡a las cosas, a las cosas!», como ha reclamado recientemente el profesor Antón Costas.  Esta es la condición anfibia de Illa.

En pocas palabras: esta legislatura puede dar mucho juego. Quien entienda que «la vida sigue igual» necesitaría unas antiparras y un babero. Por otra parte, la ocasión la pintan calva al sindicalismo confederal: es el momento de que sepa jugar las cartas.  

 

Post scriptum.---  «Lo primero es antes», enseña don Venancio Sacristán.

Nota.--- Entradas anteriores sobre este particular asunto:  

Elecciones: gacetilla de urgencia (1)

Golpe al legitimismo de Waterloo (2)

Elecciones: excusas de mal pagador (3)

 


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