Más
de setecientos mil votos (700.000) ha perdido el independentismo, repartidos
casi a la mitad entre Esquerra
Republicana de Catalunya y los post post post convergentes de Waterloo. El maestro Enric Juliana entiende que tan abultada pérdida
(debido a la abstención propia del
independentismo) se debe o bien a la pandemia del covid o al hastío de la
política. Juliana sabe de lo que habla. Con todo, me atrevería a sacar una
conclusión –provisional, por supuesto—acerca de tan caballuna abstención propia, esto es, de las dos
fuerzas independentistas: sea una u otra explicación (la pandemia o el hastío)
han podido más que la fe mística de los seguidores de Waterloo o de Oriol Junqueras.
La
pérdida es tan significativa, y la victoria de Salvador
Illa tan relevante, que en la misma noche electoral, desde las
covachuelas del independentismo la factoría de tejeringos informativos empezó a
propalar que el independentismo había superado el 51 por ciento. (El País ya
sea estando en la inopia o a cosica hecha lo ha dado por bueno). En realidad,
la abstención ha dejado a la independencia en el 27 por ciento del censo. Es,
según Carles Castro, «la fantasía secesionista»,
en La Vanguardia de hoy. Es una
fantasía radicalmente reñida con las matemáticas.
Independentistas:
excusas de mal pagador.
2.---
La abstención gigantesca sirve, además, para que magreándola desconsideradamente,
la derecha carpetovetónica explique (es un poner) sus catástrofes o, por mejor
decir, su enjambre sísmico. Por ejemplo, doña Inés Arrimadas (todavía jefa de Ciudadanos) afirma que sus
raquíticos resultados se deben a la abstención. Y aquí empieza y acaba la
aparente explicación de su hecatombe. No habrá cambios –afirman sus más íntimos
parciales— porque en tiempos de dificultad no conviene hacer mudanza. A menos
que el grupo de «padres fundadores» del
partido, aquellos intelectuales de filosofía oxidada, aporten ideas de
salvación.
Tres
cuartos de lo mismo ocurrirá en el Partido Popular, aunque aquí sin ningún intelectual que
llevarse a la boca. En todo caso, habrá
cambios en una u otra cortijada cuando ya no queden candidatos a substituir al
capataz.
De
momento, unos y otros con excusas de mal pagador.
3.---
Paco Rodríguez de Lecea con exquisita elegancia
ha afirmado que «las urnas se han mostrado severas con los Comunes». Esta es la
cariñosa observación hacia un partido que ha sido sobrepasado por Vox. Por Vox
que ha conseguido representación territorial en las cuatro provincias
catalanas, mientras que los Comunes sólo lo han podido alcanzar en Barcelona y
Tarragona.
Jéssica Albiach ha hecho una campaña tesonera. Con
pundonor. Pero ha tenido que apechar con las inercias de la ambigüedad: ni
independentismo, ni federalismo, aunque sacándose de la manga la «España
confederal». Y, sobre todo, ha aguantado estoicamente las embestidas estéticas de Pablo Iglesias agasajando a Waterloo, precisamente en la recta
final de la campaña.
Algunos
de los colaboradores de la Albiach, sin embargo, achacan lo que Rodriguez de
Lecea llama la ´severidad´ de las urnas a la «polarización» de la campaña. Excusas
de mal pagador.
4.---
Algunos efectos colaterales, con cierta relevancia, de estas elecciones. Pedro Sánchez puede atribuirse que fue él quien
propuso que Illa se presentase como candidato por el PSC; de manera que, por la
parte que le pueda tocar, Sánchez sale fortalecido por partida doble: a) sitúa
a su partido catalán como vencedor de los comicios y acalla a los viejos
galápagos, que nunca mueren, de su partido; , y b) le levanta el gallo de
manera inmisericorde a Casado
casaseno.
El
segundo beneficiado es Pablo
Iglesias el Joven. De un lado,
observa con fruición que el hundimiento de Ciudadanos aleja las posibilidades
que él atribuía al PSOE de querer formar gobierno con Arrimadas; de otro lado,
que Aragonès García corte el bacalao en la Generalitat sabe que le fortalece y
sirve de contrapeso en su sus permanentes litigios con Pedro Sánchez. ¿Juego de
Tronos? No, política de socarral, de vuelo gallináceo.
Nota.---
Entradas anteriores sobre este particular asunto:
Elecciones:
gacetilla de urgencia (1)
Golpe al legitimismo de Waterloo (2)
Post scriptum.--- No fue Maquiavelo quien dijo que «Lo primero es antes».
Fue don Venancio
Sacristán.
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