jueves, 11 de marzo de 2021

La actualidad política: los títeres de Cachiporra

Quilombo al por mayor con epicentro en Murcia. De entrada, me permito una duda: no estoy seguro si tan fenomenal barullo es política o politiquería. Comoquiera que ustedes están sobradamente al tanto de esos movimientos sísmicos con repliques, hasta ahora en Madrid y Castilla – León, me limitaré a proponer algunas consideraciones.

Ciudadanos ha decidido convertirse en un exoplaneta, un lugar con escasas posibilidades de habitabilidad, según dicen  los entendidos en la cosa cosmológica. Tal vez por ello han aparecido voces de cierto ringorrango en Ciudadanos planteando el éxodo espacial hacia otros lugares aparentemente más confortables; las aeronaves ya estaban preparadas en los hangares desde que se conoció el recuento electoral de las últimas autonómicas catalanas. El Partido Popular, planeta solar, les ha abierto generosamente las puertas y ventanas; es lo que se acostumbra a decir en estas ocasiones, después ´si te he visto, no me acuerdo´.

Jordi Joan, director de La Vanguardia, afirma que «justo cuando se habían iniciado las conversaciones entre las cúpulas del PP y Cs para plantear la fusión de ambos partidos…» se produce la decisión de Ciudadanos de apoyar al PSOE en la comunidad murciana (1). De donde concluimos que la moción ha sido una autodefensa con la idea de dinamitar las conversaciones entre las cúpulas del PP y de Cs. Lo que no sabemos –o Jordi Joan lo calla por lo que sea— es si  Arrimadas estaba en el ajo o le estaban cambiando la colcha de la cama. Sea como fuere, Arrimadas da el placet a la doble moción murciana: en la comunidad y en la capital.

Ha sido una operación de política –o politiquería, siguen mis dudas--  que han mantenido dirigentes del PSOE y de Cs durante unos meses. Pablo Casado, como aquella Eloísa de Jardiel Poncela, tumbado debajo de un almendro. Su segundo de a bordo, adosado al María Moliner, intentando  buscar sinónimos de ´felón´ para endilgárselos a sus enemigos, sean estos los que fueran. En resumidas cuentas, si todavía no hemos aclarado si se trata de política o politiquería, tampoco estamos en condiciones de entender si esto es encaje de bolillos o una conspiración de tres al cuarto.

Y naturalmente ahí está, ahí está (todavía no viendo pasar el tiempo) la derivada Madrid, «Madrid, castillo famoso», que dijo el poeta. Madrid que amplifica el quilombo murciano, empequeñece a Casado y sus aspiraciones de reunificar las derechas que fueron aznarianas y vigoriza a Diaz Ayuso, que ha sido ridiculizada ad nauseam, pero que de su (aparente) poquedad puede salir la sustitución de Casado. Tiene mejores relaciones con Vox y, sobre todo, figuran en su ropero togas y puñetas al por mayor y detall.

Jardiel Poncela en Madrid; Miguel Mihura en Murcia. Y en toda España, Los títeres de Cachiporra, del poeta de La Fuente. Pero todos ellos sin espectadores, ni público. Movimientos de élites.

Mientras tanto: poco o nada se sabe de la distribución de los fondos europeos; y la vacuna anti covid va lentamente, confusamente, desganadamente.

 

Post scriptrum.--- «Lo primero es antes», dijo don Venancio Sacristán.

  

 


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