viernes, 5 de marzo de 2021

Cataluña, una lente bifocal


 

Cataluña se me antoja como una lente bifocal: una trasmite indicios de esperanza; la otra mantiene el desasosiego. Ni siquiera los analistas más avezados son capaces de prever hacia dónde se despejarán tan numerosas incógnitas de esta complicada ecuación.

La primera cara de la lente –por metodología aprendida en primero de Marcelino Camacho--  indicaría aspectos positivos, que sería de recalcitrantes garrulos dejar de considerar. Todas las asociaciones del empresariado catalán se han plantado frente al vandalismo que se ha enseñoreado en los últimos días en la ciudad de Barcelona y que, hasta la presente, el independentismo no ha atajado. Ha sido una violencia subvencionada, ideológica y financieramente. De hecho es la primera contestación de las patronales catalanas contra la inepcia del govern. Una respuesta tardía, todo hay que decirlo. En todo caso se ha abierto la espita.

El segundo elemento positivo es que el gobierno de Pedro Sánchez financiará con los fondos europeos Next Generation la planta de baterías de Seat e Iberdrola. Se ha dicho que se construirá una factoría ´cerca de Martorell´. (Las autoridades catalanas siguen en la bucólica Babia, sin saber ´si son naranjas o son limones´).

Son dos noticias positivas que conviene retener y valorar como corresponde, porque indican voluntad de tirar hacia adelante. No me atribuyan que he dicho que hay que echar las campanas al vuelo. Pero sí pueden decir que son relevantes ambas noticias.

 

Sin embargo, siguen los nubarrones encima de Cataluña. Aragonés García se ve como candidato in pectore a la primera silla de la Generalitat. Pero todo el mundo anda zascandileando en ese bazar persa para conseguir los jirones de la túnica sagrada. El fulcro de la situación lo tiene la CUP por incomparecencia de ERC. Sí, Esquerra Republicana de Catalunya, el partido más confuso de Europa, que pasa  el tiempo –rosario en mano--  musitando ´ser o no ser´.

Mientras tanto, Puigdemont –desde los chiribitiles de Waterloo— urde la martingala: embrollar el antipasto y los aperitivos para la pizza de la convocatoria de nuevas elecciones. De esta manera, pensaría que los votos perdidos del PDECat volverían al chambao de Junts per Catalunya. Y la burra, completamente desorientada, sin saber si volver al trigo o a seguir dando vueltas a la noria.

Extraño panorama. La balumba de Waterloo –comistrajo de libeertarianos, carlistas, anarcocapitalistas, menestrales de medio pelo y funcionarios de chanel número 5— se disfraza de Joaquín de Fiore; ERC se viste de esperar y ver; los Comunes encienden una vela a santa Rita.

Todo está por hacer. Y se irá haciendo. Terpenie, que dijo aquel. Siempre y cuando se siga la máxima sacristaniana –de don Venancio, no de don Manuel— de ´Lo primero es antes´.

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