viernes, 27 de marzo de 2020

El ejército ruso entra en el norte de Italia


Lo que no pudieron ver Peppone, el alcalde comunista, y don Camilo, el cura párroco y ni siquiera se le hubiera ocurrido a Giovanni Guareschi: la entrada de un convoy del ejército ruso en Italia. A excepción de La Vanguardia, Enric Juliana mediante, no lo he visto en los periódicos más influyentes de Sefarad. Hay que cuidar que la Unión Europea no se enfade.

No es la guerra fría, ni siquiera tibia. Es el resultado de un hábil regate de la diplomacia italiana que ha conseguido que Rusia, a través del ejército, le mande material sanitario. La Unión Europea queda retratada. Es el perro del hortelano: ni hace ni deja hacer. Rafael Rodríguez Alconcchel, de santaferina nación, exclama sobre el particular en las redes sociales: «Los euroescépticos se frotan las manos». La Unión Europea es un tropel de gobiernos donde rige la vieja máxima: donde manda patrón no manda marinero.

Ahora vendrán las críticas al gobierno italiano y no faltarán quienes digan que se ha puesto de rodillas ante Putin. Naturalmente, los más vociferantes serán  quienes menos han echado una mano a los italianos. La Unión Europea callará para que sus vergüenzas no salgan demasiado a relucir. Hay que ocultar los palominos de sus ilustres gallumbos.

El gobierno italiano no tenía más remedio que acudir a quien le pudiera proporcionar socorro. Putin, un bribón de mucho cuidado, ha aprovechado la oportunidad: las necesidades de Italia y la abulia de la Unión Europea.

Y nosotros, altaneros, presumiendo de primer mundo. Pero en esta ocasión, ha sido el personal sanitario cubano quien –llamado también por el gobierno italiano--  se ha presentado en Roma. No de verde oliva, sino todo vestido de blanco. La Unión Europea en la inopia. Voluntariamente en la inopia. Su cometido está siendo la locuacidad vacua. En la Vega de Granada diríamos que caca de la vaca.

Es pronto para sacar conclusiones. La entrada de un convoy militar ruso en Italia no es una anécdota. Tendrá sus consecuencias que ya se irán viendo.

P/S.---  El desierto de los tártaros es el blog que todavía no puede ser comentado y celebrado en tabernas y barberías por aquello del «confinamiento social».  No importa, se encuentra en este ciberkiosko  https://desiertodelostartaros.com/


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