viernes, 30 de julio de 2021

La oposición avinagrada de Pablo Casado


 

Las cosas no le están saliendo bien a Pablo Casado. Este caballero había descargado una deposición mental que se basaba en que Pedro Sánchez no aguantaría los efectos de la pandemia. Así pues, confiaba en que la devastación que podía generar el virus le llevaría al podio. Por ello no movió ni un dedo, toda su estrategia se basó en sentarse en la puerta para ver pasar el cadáver del enemigo. Además –debió pensar mientras imaginaba estas fabulaciones--  la economía mandará al gobierno progresista a freír espárragos. Nuevo tancredismo adobado con las ayudas, gratis et amore, del Batallón Lesmes más la bronca tabernaria cotidiana. Para más inri el caballerete Casado observa como el pío Fernández Díaz y su troupe policial corren el peligro de ser enchiquerados en los toriles de Soto del Real. Casado no quiere saber nada sobre ese particular, aun cuando en aquellos momentos era destacado miembro de la dirección ´in illo tempore rajoiano´. De manera que Casado tiene motivos para tener los nervios disparados, la lengua desenfrenada y la cabeza en completo desorden. Demasiado tierno (ternico diríamos en Santa Fe, capital cultural del Reino de Granada) para tantos y graves problemas.

Las cosas son aproximadamente así: hay despegue en la creación de empleo; de hecho, España recupera 9 de cada 10 empleos perdidos durante la pandemia. Cierto, todavía deja mucho que desear la calidad de esos empleos. Las empresas que han sido las locomotoras vuelven a recuperarse, obteniendo beneficios. Esta es una realidad que no admite panglossismo ni las pompas fúnebres que trasmite Casado. Ni las campanas al vuelo, ni la retórica avinagrada. (Ojo, ojo con la inflación).

Con todo, lo grave es que en el altiplano del Partido Popular nadie le haga una observación al jefe. Nadie quiere jugarse el tipo ante los poderes estatutarios del mandamás. Ni quiera aquellos que han sido minusvalorados por Casado –los presidentes de las comunidades autónomas del PP— cuando este ha ladrado contra el avance de la vacunación en España.

Casado o la inútil estridencia. Igualico, igualico que el hombre de Waterloo.

No hay comentarios: