jueves, 1 de julio de 2021

La derecha exhausta


 

Lo podría haber dicho el gran Rubén Darío: la derecha está triste, ¿qué tendrá la derecha? Más que triste, podríamos decir que está desesperada. Han fracasado los cálculos que hicieron: Pedro Sánchez sigue en el puente de mando, mientras Casado observa cómo sus mayores siguen zarandeados por los jueces, aumentan los escombros de Arrimadas y los de Vox intentan influir en el Partido Popular a marchas forzadas.

El grupo dirigente del PP no está en condiciones de tener un discurso medianamente razonable: su bisoña incultura política, los problemas que almacena en los banquillos de los acusados y el fuego amigo que recibe de la Ayuso sólo le dan alas para la bronca en el Parlamento. Ahora, ve hasta qué punto Arrimadas y Abascal le están achuchando de manera inmisericorde. Mientras tanto, el gobierno de coalición, progresista, exhibe su eficacia y utilidad con el reciente acuerdo sobre las pensiones. La ministra Yolanda Díaz ya está en la lista de los grandes ministros de Trabajo que en Europa han sido.  

Abascal y Arrimadas exigen que Casado presente una moción de censura. Es claro que se trata de un caramelo envenenado: de una parte, para seguir entre los tres acosando al gobierno; y, de otra parte, sabiendo que Casado no quiere, demostrar que la «derechita cobarde» es solamente un perro ladrador, y en el caso de Ciudadanos, para seguir disponiendo de una martingala que le permita pasear su soledad por el escenario político.

La derecha está triste. En todo caso, si preocupante es su astenia, todavía lo es más su ausencia de proyecto político. Todo indica que la derecha no tiene quien le escriba. Oído cocina: así las cosas, con esta derecha tan zarrapastrosa se corre el peligro de que el gobierno a la larga se adocene.

No hay comentarios: