lunes, 6 de mayo de 2019

Puigdemont y Junqueras: duelo al Sol




Ya lo saben ustedes: el Tribunal Supremo no ve razón alguna que impida la presentación de Puigdemont y sus acompañantes como candidatos a las elecciones europeas de finales de este mes. Voces bien informadas de los entresijos independentistas indican por lo bajini que tan importante decisión no ha sido recibida con alborozo en Waterloo. Misterios tiene la vida política.

Puigdemont fracasa, de un lado, en su intento de hacer ver a Europa que España no es un Estado de Derecho y, de otra parte, su permanente victimismo contra Madrit queda desactivado. Por otro lado, el caballero se ve obligado a competir con una Esquerra Republicana de Catalunya en meteórico ascenso. Su duelo con Junqueras no es sólo político, también lo es personal. Un Puigdemont que ha sufrido la humillación, política y personal, de mendigar una ayudica a los de Esquerra pidiéndole prestado unos diputados en el  Congreso para poder formar grupo parlamentario propio. La decisión del Tribunal Supremo, velis nolis, se convierte en un caramelo envenenado para Waterloo.

Mientras tanto, el rio Llobregat aparece substituido por el Guadiana. A saber, la Assamblea Nacional Catalana vuelve a la superficie: en la reunión de ayer domingo planteó sacar del congelador la declaración unilateral de independencia. No lo duden: cuando ERC pone las bases para ser con creces el proyecto hegemónico del independentismo político, resurge el Ave Fénix de lo que algunos llaman el «independentismo mágico», o –lo que es lo mismo--  la oclocracia de la anti política. Por lo que las anteriormente referidas voces bien informadas indican que la ACN, el rio Llobregat disfrazado de Guadiana, es un intento de torpedear la investidura de Pedro Sánchez.

Primera conclusión: la salida del conflicto catalán tiene una primera exigencia, necesaria pero no suficiente: la derrota de Waterloo y sus hologramas. Ahora bien, si no se incrementa la participación el día de las elecciones seguiremos sufriendo las consecuencias de una Cataluña que va camino de la autarquía. De momento, duelo al Sol entre Puigdemont y Junqueras.

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