sábado, 11 de mayo de 2019

Puigdemont versus Miquel Iceta



El hombre de Waterloo está de excursión en Eslovenia. Allí –dicen algunos informados--   tiene ciertas conocencias que le vienen de las relaciones de sus antepasados convergentes, sector bussines. Era cuando Macià Alavedra, mano derecha de Jordi Pujol,  hacía de representante en Cataluña de los negocios de las empresas eslovenas del viejo régimen. El hombre de Waterloo está en Ljubiana, capital de la república, me dicen fuentes siempre bien informadas, para pasar la gorra y, así, sufragar sus gastillos. Lo que implica –se diría que obligado--  hablar de política. De esa guisa disfraza la excursión mendicante para no infundir sospechas.  Puigdemont vuelve a la carga exigiendo al Estado (sic) negociaciones. A más diapasón de sus peticiones estima que la recogida de dineros será más elevada.

Simultáneamente a su reiterada y cacofónica exigencia sigue, erre que erre, manteniendo sus usos y costumbres para que no se produzca negociación alguna. El «independentismo mágico» tiene esas chucherías del espíritu. Que ahora se concretan en la oposición a que Miquel Iceta, presida el Senado. Me permito un inciso: Joan Tapia explica en El Periódico que en 1996 que en 1996 el hombre de las Azores (¡ese trueno!) hablaba catalán en la intimidad y necesitaba el voto de CiU para su investidura propuso a Joan Rigol para presidir el Senado. La respuesta de Jordi Pujol fue rotundamente clara: «Ni hablar del peluquín». Tapia, archivo de toda la información pasada y presente, lo aclaró: Jordi Pujol no podía tolerar que un catalán tuviera un rango protocolario superior al suyo. Posiblemente el viejo Patriarca se inspiró en el Guerra, famoso torero de finales del XIX: «Primero, yo; después de mí, naide».  

La oposición del independentismo mágico a Iceta se diferencia de la de ERC (que es toreo de salón) en que no desea que exista ningún vericueto que indicie –ni siquiera insinúe--  que es necesario hablar para, con santa paciencia, salir del embrollo. En resumidas cuentas, el problema es que Iceta estudió y aprobó con nota la carrera de Ciencias Rubalcabológicas. Lo que nos lleva a enviar nuestro sentido pésame a la familia y allegados de don Alfredo Pérez Rubalcaba.  



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