martes, 7 de mayo de 2019

Las derechas y el triángulo escaleno




España necesita una derecha política ilustrada, inequívocamente democrática. Es más, sin que sirva de escándalo: una derecha fuerte para que la izquierda no se duerma en los laureles. Una derecha sin aspavientos con su punto de vista fundamentado a la que combatir con nuestro propio fundamento. Una derecha alejada de populismos y de los campanarios. Mientras no exista esa derecha, también en Cataluña, el conflicto político tendrá un profundo déficit. Esa derecha necesaria no vendrá de la mano de ese triángulo escaleno de los Casado, Rivera y Puigdemont. Casado o la derecha de alcanfor; Rivera o la derecha que va del caño al coro y del coro al caño; Puigdemont cuyo retrovisor muestra los desvaríos de lo que creía que podía ser y no ha sido. Casado, Rivera y Puigdemont que son vistos por las cancillerías europeas con preocupación. Un triángulo escaleno que es el resultado de los desajustes y problemas no resueltos en España y de los aires tóxicos que nos llegan de otras latitudes.

No veo señales, sin embargo, que indicien de dónde pueda venir la partenogénesis de esa derecha ilustrada, inequívocamente democrática. Tal vez será excesivo afirmar que, en las actuales características del Partido Popular, Ciudadanos y la constante cosa mutante del hombre de Waterloo, no se percibe –quiero decir que un servidor no percibe--   ese salto cualitativo. Por cierto, habrá que tomar nota de que ciertos comentaristas del independentismo de vinculación a ERC califican ya a la hijuela post convergente como «independentismo mágico». Un nominalismo donde se percibe una ambigüedad no inofensiva.

¿Hacia dónde va, pues, la derecha española? Javier Aristu se arriesga a pronosticar: «Yo apuesto por que se va hacia una nueva formación política conservadora que va a dejar atrás mucho de todo ese franquismo representado hoy por Aznar, Casado y Vox. Estimo que la reconversión de esta derecha española pasará por una recomposición muy profunda de sus fundamentos ideológicos y programático». Lo hace en Optimismo, una arriesgado artículo que conviene tenerlo bien presente, a pocas horas de cerrarse las urnas (1).  Ojalá acierte.

A favor de la tesis  de Aristu está el viejo dicho: «Torres más altas han caído».

1)           J. Aristu: https://encampoabierto.com/2019/04/29/optimismo/

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