El
conflicto interno del independentismo catalán se ha hecho crónico. Es, en mi
opinión, una consecuencia (posiblemente la más llamativa) del fracaso del procés, del que apenas se habla por las
diversas partidas del independentismo. Que hoy está dividido y enfrentado por
arriba, abajo y en medio. Este fracaso y, especialmente, esta división
explicarían, aunque en parte, los excesos verbales y el traqueteo epiléptico de los allegados de Waterloo. En todo caso,
tengo la impresión que ese estado crónico está en puertas de ser pura
putrefacción. Cada día que pasa se incrementa la velocidad de una definitiva
descomposición. Las continuas deposiciones retóricas del sinedrio de Waterloo
aceleran ese desfile.
Que
ERC haya decidido
volver al «espíritu de la investidura» ha vuelto a poner de los nervios a quien
formalmente es el presidente de la
Generalitat. Al tiempo que el hombre de Waterloo cañonea a los de Junqueras porque,
de esa manera, se alejan del independentismo. Dispensen ustedes la retranca: ni
una palabra de agradecimiento a ERC porque les ha estado manteniendo el jornal,
la sopa y la poltrona.
Torra
ha demostrado ad nauseam su incapacidad para gestionar. Es tan cierto que lo
único que le interesa es la independencia como que de ello se sirve de excusa para
disimular su incompetencia. Alguien le habrá señalado el mensaje de Mazzarino: «Simula y
disimula». Pero de esa exhibición de ignorancia y garrulería es también
responsable ERC que nunca se ha atrevido a pasar el Rubicón. Ni siquiera, a
estas alturas, de incompetencia gubernamental crónica.
ERC
indica que quiere hacer política. Pero no rompe el nudo gordiano que le impide
pasar a la acción. Ni siquiera para haber tomado cartas en el asunto de Nissan.
Un gobierno a la deriva, señala el ingeniero Manuel Gómez Acosta: «Sería una simplificación
oportunista descargar sobre las espaldas del Govern toda la responsabilidad del
desastre, sin duda la estrategia de la multinacional cada vez más condicionada
por el protagonismo de Renault es la responsable» (1). Pero no es menos cierto
que Torra ha estado a verlas venir. Ha sido un presidente holgazán.
O
se va a elecciones catalanas con la prudencia que exija la lucha contra la
pandemia o las cosas se irán pudriendo aceleradamente.
¡Gloria al maestro Jordi García--Soler!
1)
Manuel Gómez Acosta: https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/torra-gestion-independentismo-govern-deriva_353040_102.html?fbclid=IwAR3jMR0dpiBHewdN59DAggdEzv6c4FvLmmu-_yIXKxIyd_0MynNk1PYSr2g
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