miércoles, 12 de septiembre de 2018

Así habló Josep Borrell



Josep Borrell es un  hombre de gran formato. Rotundo desmitificador del independentismo que se expresa sin medias tintas. Sus palabras en Londres en un medio televisivo provocan una sosegada reflexión: los políticos presos catalanes deberían estar en libertad provisional. Lo dice «a nivel personal». Este blog comparte las palabras del ministro, y de esa forma se ha manifestado en reiteradas ocasiones.

La propuesta de Borrell es útil para rebajar la tensión y para intentar una salida –que será fatigosa, lenta y complicada— al conflicto catalán.  No soy ingenuo: con los presos en libertad no sólo no se avanza, sino que la situación seguirá empantanada. Es una hipótesis. La certeza, en todo caso, es que con ellos en las cárceles no hay salida. Nótese la diferencia conceptual entre hipótesis y certeza.

El fracaso de la contumacia es clamoroso. La contumacia se ha llevado por delante a Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría,  los autores de la Brigada Aranzadi. Esto es, la substitución de la política por la jerigonza judicial. El «fiat justitia et pereat mundus» (hágase justicia y explote el mundo) es la madre de todos los atascos.

Las derechas carpetovetónicas se oponen a la libertad provisional de los políticos catalanes encarcelados. Creen que, así las cosas, obtendrán un determinado rédito electoral. Al club de Waterloo tampoco les conviene la libertad de sus compañeros: mientras sigan entre rejas mantendrán su cínica oriflama en tensión. Con lo que el círculo vicioso amenaza con traducirse en una patología crónica. Si se mantienen tales resistencias no hay salida.

Ensáyense, pues, las hipótesis. Dentro de la ley, por supuesto. 



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