Nota.-- Esta es una
condensación del Informe Oxfam sobre la desigualdad en España. El artículo es de Piergiorgio M. Sandri en La
Vanguardia de hoy. Ideal para que los sindicalistas tomen apuntes y los hagan
servir en informes, reuniones, escritos y demás.
Beneficios boyantes, pero salarios menguantes. Son los rasgos de
la actual recuperación económica, que está
beneficiando a unos pocos e incrementando las desigualdades. Con
el resultado de que la clase media es cada vez más pequeña. Algunos datos,
proporcionados por el último informe de Oxfam
Intermón que se presenta hoy en Barcelona, ayudan a entender el fenómeno,
que también será objeto de debate en el Foro Económico Mundial de
Davos que empieza mañana.
El buen momento que parece vivir la economía española no se está
repartiendo de forma equilibrada. La brecha social se ensancha.
Entre el 2007 y el 2016, mientras que el 10% más pobre ha visto disminuir su
participación en la renta nacional en un 17%, el 10% más rico lo ha visto
incrementarse en un 5%. La mayoría de los euros procedentes del crecimiento
económico, para los más pudientes.
Si se observa la evolución
desde el comienzo de la recuperación (2015), se descubre que la mayoría de los
euros procedentes del crecimiento económico van a parar en los bolsillos de los
más pudientes. Ellos consiguen embolsarse cuatro veces más dinero que la franja
más pobre de la población. En el último año esta disparidad es todavía más
visible: el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada; el 50% más
pobre apenas el 7%.
“El reparto favorece
esencialmente a ejecutivos y empresas, a coste de la reducción del coste
salarial”, denuncia Lara Contreras, responsable de contenidos de Oxfam
Intermón. Basta tener en cuenta una cifra muy llamativa: los beneficios de las
compañías en España crecieron en el 2016 un 200% respecto al año anterior
mientras que el coste laboral por persona trabajadora tuvo una variación
negativa (-0,1%) y se mantiene estancado desde el 2012.
Esta tendencia viene de
lejos. Porque el boom de la economía española y la mejora de la productividad
de los últimos años se ha reflejado en un incremento de ganancias y dividendos
empresariales, mientras que las retribuciones no han participado, en mismo
grado, de la distribución del pastel.
“El
reparto favorece esencialmente a ejecutivos y empresas”. En efecto, la participación de los salarios en la renta disponible
bruta ha caído un 0,5% desde el año 2000 hasta el 2016. En cambio, los
dividendos han incrementado su participación un 60%. Esta divergencia indica
cómo las empresas (y sus accionistas) ya han olvidado la crisis, pero los
asalariados todavía se están lamiendo las heridas. La remuneración de los
trabajadores no ha recuperado todavía los niveles de aquel entonces. Sin
embargo los beneficios empresariales sí lo han hecho dos años antes y se
situaban, en el segundo trimestre del 2017, un 8,3% por encima de lo registrado
en el primer trimestre del 2009.
Las razones de este
desajuste son múltiples. En la práctica, desde el primer trimestre de 2012 la
productividad por hora trabajada ha crecido diez veces más que el salario
promedio. Y allí está el problema. Los sueldos están paralizados, ya que las
compañías han optado por ganar competitividad a base de un menor coste laboral.
Externalización de los servicios y trabajos precarios son moneda corriente.
Algunos colectivos, como mujeres y jóvenes, pagan la factura. El sueldo anual
de un trabajador de 26 años hoy es un 33% inferior al del 2008, con un ascensor
social bastante estropeado.
Gabriel Zucman, profesor de
la Universidad de Berkeley, se pregunta si no habría llegado el momento de
premiar el trabajo en lugar del capital. La política fiscal está en el punto de
mira, porque el sistema redistributivo español es poco efectivo. En España, los
impuestos y transferencias reducen la desigualdad en un 30%, mientras que el
promedio de la UE se sitúa en el 40%. Por cierto, como muestra de todo ello, el
83% de la recaudación fiscal en el 2016 provino del IVA, el IRPF y otros
impuestos, cuando el de sociedades aportó el 12% del total (10% menos que en el
2007).
Para que la recuperación
sea más inclusiva, Lara Contreras defiende “la mejora del salario mínimo y la
vigilancia sobre la elusión fiscal de las empresas”. Ah, hoy ya son 25 los
multimillonarios españoles en la lista de Forbes.
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