España
tiene pendiente una singular asignatura: la innovación tecnológica. Es cierto
que algo se ha andado, pero los países avanzados han corrido más y podemos
decir con desagrado que el déficit tecnológico sigue campando por sus respetos.
Más todavía, en cada ejercicio presupuestario se deja sin cubrir un alto
porcentaje de la partida referente a I + d + i. Es cierto que ya no se oyen voces chuchurrías, noventayochescas, que plantean el «que inventen
ellos». Pero, como queda dicho, los demás corren más que nosotros.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la
economía española invirtió 14.052 millones de euros en I+D en 2017, el 1,2% del
PIB. ¿Albricias? No. Porque al ritmo actual de crecimiento en la inversión
en I+D, España tardará 180 años en llegar al objetivo del 3 % que establece la
Estrategia 2020 de la Comisión Europea. El profesor Xavier
Ferràs
(ESADE), sitúa la brecha tecnológica
para alcanzar este índice en 21.078 millones de euros y recuerda que España «realiza
hoy un esfuerzo en I+D idéntico al de 2006”. “El máximo se alcanzó 2010 con un
1,40% —prosigue—. Muy lejos de los países tecnológicamente más sofisticados del
mundo con un 4,3% de inversión, en el caso de Corea del Sur; un 4,2%, en el de
Israel, y un 3,4%, en Japón”. De nuestros vecinos, Alemania invierte el 2,9%, y
Francia, el 2,3%. La media de la Unión es del 2%».
Es de cajón que no podemos seguir así. Entre otras
muchas razones porque tamaño déficit es uno de los mecanismos de freno de la
eficiencia y competitividad de nuestros centros de trabajo y del conjunto de la
economía española. De ahí que, como hemos insistido en innumerables ocasiones,
la cuestión tecnológica debe estar permanentemente en la mesita de noche de los llamados agentes
sociales. Así pues, hay que romper la pachorra con que sindicatos y
organizaciones empresariales se toman el asunto. Permítaseme un breve spot
publicitario: Javier
Tébar y un servidor hemos abordado el asunto in extenso en nuestro libro ´Trabajo
y sindicato en el capitalismo globalizado: no tengáis miedo de lo nuevo´ (Plataforma Actual, 2017). (Regálense el libro para Reyes)
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