domingo, 22 de diciembre de 2019

El Congreso de ERC. Traición como traducción (2ª Parte)


El parte meteorológico—político parece que ha cambiado. El reciente congreso de Esquerra Republicana de Catalunya ha cambiado las previsiones.  Con todo, seguiremos siendo cautelosos y sólo diremos ´trigo´ cuando esté en el saco y bien cordado. Pero no podemos restarle importancia e interés al movimiento congresual: ve «viable» que la investidura de Pedro Sánchez pueda ser el día 5 de Enero. Es la festividad de sus Majestades  Melchor, Gaspar y Baltasar. 

Aclaremos que la Docta define viable así: «que, por sus circunstancias, tiene probabilidades de poderse llevar a cabo». En concreto, se nos está alertando a ser precavidos. Ahora bien, en el fragor del congreso no parece posible que el dirigente que habló así tuviera en la cabeza los primores terminológicos de lo viable. Lo que nos lleva a interpretar, prima facie, que ERC está dispuesta, mediante su abstención,  a facilitar la investidura.

El congreso ha tenido dos novedades que representan una cierta discontinuidad en la biografía del partido republicano. 1) ha sido un congreso tranquilo, sin sobresaltos. Lo que contrasta con el vértigo de estos tiempos políticos; 2) en el capítulo de los Estatutos se ha sancionado una mayor duración de los mandatos de los dirigentes. Son dos novedades que podrían significar un aviso a sus íntimos adversarios –los post post post convergentes—,  algo así como aquí estamos con los brazos en jarras para llevar a la práctica lo que, de momento, nos deparan las encuestas: la victoria electoral. En resumidas cuentas, un congreso que a las derechas carpetovetónicas les ha sentado como un rayo, y provocado ataques de alferecía a Waterloo. Por lo que me arriesgo al siguiente pronóstico: las franquicias de Waterloo, de manera autónoma o inducidas, entrarán en una nueva fase de bronca contra los de Junqueras. Su lema será el legendario «Roma no paga traidores». 

Ojalá haya investidura.  Y ojalá acertemos Javier Tébar y un servidor cuando escribimos recientemente: «Hoy la clave es una reforma fuerte, encontrar un espacio de negociación de la política con el mundo social y del trabajo, con sus actores, y el apoyo a la investidura de un gobierno progresista, con su deseable pacto de legislatura. De lo contrario, no cabe descartar que el espíritu de nuestro tiempo (Zeitgeist) constituya un retorno a los fantasmas del ruido judicial, imitando y dando continuidad a las secuelas de un ochentero Poltergeist  Concretamente en http://lopezbulla.blogspot.com/2019/12/traicion-como-traduccion.html


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