lunes, 9 de diciembre de 2019

Cataluña y el Asno de Buridán





Cataluña es un manojo de nervios. El fracaso del procés se manifiesta en una serie de movimientos sísmicamente convulsos por parte del independentismo político. De un lado, la agitación interna en los post post post convergentes; de otro lado, el asno de Buridán, que caracteriza  al nonagenario partido de Esquerra Republicana de Catalunya que, de momento, no sabe si se decide por la caja o la faja. Uno y otro partido están en puertas de sus congresos.

Los post post post convergentes son una olla de grillos de la familia zoo--política gryllus bimaculatus, que vive en las zonas templadas. Se dirigen a trompicones a su congreso con diversos objetivos: su unidad interna, las próximas elecciones autonómicas y proclamar que los de ERC llevan la cruz en los pechos y el diablo en los hechos. Pero, a la vez, puede ser un congreso en el que fraccione la organización. De la mano de los otrora jóvenes becarios de Miquel Roca i Junyent, Carles Campuzano y Jordi Xuclá, puede consolidarse un equipo que dé luz a un nuevo partido. Dicen que ya tiene nombre: El País de demà. O sea, El país de mañana. Tan chocante nombre merecería tener como himno la famosa Begin the beguine. Se trataría de una nueva organización que daría cobijo a esa notable agrupación de agraviados por Waterloo y sus alrededores.

El personal de ERC no tendrá un encuentro tranquilico. La espasmódica relación de su grupo dirigente con las bases siempre augura cierto suspense en las deliberaciones y resoluciones del viejo partido. Con todo, deben resolver el problema del liderazgo. Y hasta es posible que allí mismo –y no antes--  se sepa hacía qué manojo de hierba se orienta Buridán. No antes. 


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