jueves, 19 de diciembre de 2019

Cataluña, indigestión de chuminadas




En Cataluña se está produciendo una inquietante acumulación de chuminadas. Vamos a hablar de ellas: la primera es lo sucedido en el día de ayer en torno al partido de fútbol, llamado pomposamente ´el clásico´; la segunda es ese tic infantiloide que tienen así ERC como los post post post convergentes.

1.--- Mucho ruido y pocas (nuevas) nueces. Casi un mes de suspense y finalmente los montes parieron un ratón. Tsunami Democràtic –un grupo de pijos de caviar y vodka--  ha intimidado a medio mundo insinuando que se iba a formar la mundial. Al final todo queda en un mero espectáculo televisivo. Nada nuevo. Salvo que lo más destacable de la jornada fue una descomunal reyerta carajillera entre los boixos nois y una mesnada de independentistas. Riñas de campanario entre parroquianos. Nada nuevo salvo los gastos económicos en pagar la factura por el despliegue de las fuerzas de orden público. Salvo que nuevamente la imagen de Barcelona en llamas recorre el mundo entero. ¿Eso es política? No, es una chuminá.

2.---  ERC está molesta porque, según su delicado paladar, José Luis Ábalos les está apretando en las negociaciones para llegar a un acuerdo. Sancta simplicitas! Es una reacción infantil, casi de patio de colegio, de quien no se atreve a enfrentarse al sinedrio de Waterloo que constantemente le está mojando la oreja. Como pueril es la reacción del vicario holgazán que, tras la entrevista telefónica con Pedro Sánchez, se lamenta de que no se le haya informado de que se convocará anualmente a los presidentes de las comunidades autónomas.  En suma, ERC y los post post post rivalizan además en quién cocina mejor la chuminá amb all i oli.

3.---  Y mientras tanto, fuera del campanario, están pasando cosas de enorme relevancia. Un ejemplo, la reestructuración y reconversión de la industria automovilística, que tras Peugeot – Fiat, ahora le toca a Nissan y Renault. Pero esto no está ni en las preocupaciones de Waterloo ni de su vicario holgazán. Porque esto no es una chuminá.

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