Aunque
pueda parecerlo no me he caído del guindo. Lo digo porque entiendo que todavía hay
una posibilidad de que las fuerzas de izquierda hagan una campaña electoral
(cada cual la suya, lógicamente) constructiva, sin sangre. Mejor dicho, esa
posibilidad hay que trabajarla mediante la luz del entendimiento. Insisto, no
me he caído del guindo. Para trabajar esa posibilidad sería conveniente prestar
atención a las palabras que Sófocles pone en
boca del Corifeo en su famosa tragedia Ayax:
«Las palabras duras, aunque estén cargadas de razón, muerden». Digamos, pues,
que si se desprecia tan sabio consejo la campaña electoral entre las tres
izquierdas puede convertirse en el campo de Agramante: Ciego tú, tuerto yo. Olvídense,
sobre todo, de la tradicional formulación «mors tua, vita mea», que siempre
presidió las relaciones de las gentes de babor.
Las
tres izquierdas: el PSOE, Unidas Podemos y las candidaturas de Íñigo Errejón, que entran en tromba en la campaña tras
los protocolos con Compromís y la Chunta Aragonesista. Si estas organizaciones
entran a degüello entre ellas nadie saldrá beneficiado. Esta enseñanza de la
historia es tan contundente como siempre fueron prestos a olvidarla. Con lo que
pasa a primer plano lo que pide el cuerpo por encima de lo aconsejable. Pero,
ya se sabe, en las izquierdas no es infrecuente que la razón que viene de la
cabeza se vea interferida por la sinrazón de la bilis. La bilis como linfa
nutriente de la izquierda: comerse los higadillos los unos a los otros.
Una
«campaña electoral constructiva», hemos señalado más arriba. En la que cada
cual ponga énfasis en su proyecto. Reparen las tres morillas de Jaén –Axa,
Fátima y Marién-- en la ausencia de
proyecto de la izquierda ante la crisis de 2008. Una crisis potente que abrió
en canal a las izquierdas. Pues bien, están apareciendo indicios de que vienen
mal dadas para la economía. De ahí que las izquierdas –ahora suficientemente
avisadas— compitan entre sí (y contra las derechas de caspa y brillantina) con
programas creíbles, factibles, para prevenir la crisis. Desde la isla mayor del
archipiélago de la izquierda a las menores. Sigan, pues, el proverbio de los
antiguos albañiles de la Vega de Granada: «Las piedras grandes sin las pequeñas
no forman nada sólido».
Propuesta
heterodoxa: que las tres izquierdas hagan una declaración conjunta de arranque
de la campaña electoral llamando a combatir la abstención. Y, a continuación,
cada uno por su lado. Cierto, es una
propuesta heterodoxa, pero infinitamente mejor que, tras las elecciones, la
competición fuera dar lanzadas a moro muerto.
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