jueves, 5 de septiembre de 2019

El gibelino Sánchez y los güelfos Rufián y Ortúzar



Dos partidos tan dispares en esencia, presencia y potencia como el Partido Nacionalista Vasco y Esquerra Republicana de Catalunya le piden a Pedro Sánchez que forme gobierno con Podemos. Son dos partidos güelfos que «casi» ruegan a los gibelinos del PSOE que se meta en harina. Así hablan  Andoni Ortúzar y Gabriel Rufián.

Ortúzar, caballero andante del pragmatismo; Rufián, que ha soltado lastre de bronca de garito y se inscribe en primero de Tarradellas. El uno y el otro no han tenido miedo a mojarse ante sus respectivos electorados y, en el caso del catalán, a asumir su diferencia con el hombre de Waterloo, y que además aprovecha el micrófono para soltarle un puntapié en el escroto a Pablo Iglesias, «que va quejándose por los platós de televisión». Patada cuyo destinatario real es la formación de Ada Colau. Por lo demás, la (casi) exigencia de Ortúzar tiene una importancia cualitativa: es en parte la voz del empresariado vasco.

Sólo Dios Nuestro Señor, que casi todo lo sabe, conoce las reales intenciones de Pedro Sánchez, que exhibe ambigüedad a granel. Por una parte abre el diario de campaña electoral «por un gobierno progresista»; por otro lado se reúne con los güelfos para recabar apoyos a su investidura. La repetición de los motivos de Podemos está ampliando involuntariamente la sensación de asedio. Los alfiles de Sánchez tienen enrocado a Iglesias. De manera que soy de este heterodoxo parecer: como Pablo está sitiado debería ser Pedro quien desatascara el enroque. Es lo que posiblemente haría el gran Arturo Pomar, a quien mi padre llamaba Arturito. 

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