viernes, 30 de agosto de 2019

La izquierda se la juega a los dados



La sesión parlamentaria de ayer elevó a hipótesis más que plausible que no habrá acuerdo entre las izquierdas para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El PSOE no parece darse por enterado de lo dicho por Einstein: «Dios no juega a los dados con el Universo». A su vez, Podemos no ha leído a Séneca, cuando relata la maldición que cae sobre el emperador Claudio: remover los dados eternamente en un vaso agujereado. Lo que viene a cuento porque una y otra formación dan la impresión de que se juegan la suerte a los dados: la posibilidad de un gobierno de centroizquierda en manos del azar.

Pregunto: ¿qué necesidad tenía el fiel diputado Simancas de traer a colación la poca fiabilidad de los de Pablo Iglesias? A veces no es aconsejable repetir las evidencias en política. Así que me cuesta trabajo creer en la utilidad del  discurso de Simancas. Peor todavía, lo considero un inconveniente para la posibilidad, francamente remota,  de la investidura. O tal vez por ello el diputado lo hizo a cosica hecha: para impedirla. Pero entonces lo que correspondería es dejarse de inútiles requilorios. Es decir, que el PSOE tire por la calle de en medio. Ahora bien, así las cosas, deberá apechugar con sus consecuencias. Si le sale el tiro por la culata pocos creerán que Pablo Iglesias el Joven es el único culpable. Este podrá acabar ciego, pero Sánchez puede perder un ojo. Pero más preocupante sería el infierno que caería sobre la población: las tres derechas y cierra España. Y nosotros a golpe de lamento recitando aquello de: «En tan grande polvareda perdimos a don Beltrán».

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