Es
de Ávila y se llama Pilar, Pilar Baeza. La
noticia ha recorrido los cuatro puntos cardinales, las autopistas y las cañadas
reales: esta señora ha sido elegida en primarias
de Podemos en Ávila como candidata a la alcaldía
de la ciudad; una mujer que hace años fue juzgada por colaboración de asesinato y condenada a largos años de
prisión. Baeza cumplió la pena y, tras su puesta en libertad, se dedicó a todo
tipo de causas sociales. Plena reinserción.
La
Adoración Nocturna abulense y sus adláteres políticos han organizado el runrún morboso
contra Baeza. Como quien dice que la ciudad de santa Teresa no puede ser
mancillada por una persona de estos antecedentes. Las derechas son ansí. Es decir, la reinserción se tolera
solamente en clave caritativa para menesteres de quincalla y pelendengues. O,
lo que es lo mismo, los derechos se toleran solamente en clave de fastidio. La
alcaldía de Ávila, dicen los casinos, sacristías y casas de sombreros debe
seguir amurallada, al margen (y contra) tan dañinas novedades.
Una
mujer brava. Podemos, en este caso, es una organización audaz, que se pasa por
la cruz de los pantalones y los bajos de la faldilla el qué dirán. Por mi
parte, me quito el sombrero; me pongo a los pies de esta dama y le mando un
virtual ramo de flores.
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