Pedro
López Provencio
El último empleo que tuve por cuenta
ajena, antes de jubilarme, fue el único al que accedí sin que yo lo solicitase
previamente. Me vinieron a buscar. Pero pronto comprendí que no podría hacer el
trabajo principal que había acordado con quien me lo ofreció. Todo cambio
organizativo que no se encauza en los primeros meses ya no se hace. Se acomodan
a “lo que hay” y se posponen indefinidamente las “complicaciones” de cambiarlo.
Lo urgente no deja lugar a lo necesario. Así, acabé mi vida laboral haciendo
tareas de jurista.
Por eso cuando, en el primer lustro de
este siglo, la parte catalana de las CCOO se propusieron contratar a un
Gerente, presenté mi solicitud. Y mi cabeza se puso a funcionar en esa
dirección. Preparándome por si me preguntaban qué podría aportar. Pero no me lo
preguntaron. Quien estaba al otro lado de la línea telefónica solo se interesó
por el por qué quería el trabajo. Le dije que porque me hacía ilusión y porque
estaba harto del que tenía. No debió resultar adecuada mi respuesta. No me
dieron el trabajo. Ahora escribo lo que pudo ser mi aportación. De forma muy
resumida. Por si fuese de utilidad.
Y porque este otoño, en Barcelona,
escuché a Javier Pacheco. En la presentación de su candidatura al cargo de Secretario
General de las CCOO de Catalunya. Y también la aportación de Aurora Huerga en ese mismo acto. Y
porque, en la ponencia “Hacemos un sindicato cercano” del plan de acción del 11
congreso de CCOO de Cataluña, se dice: "Organizar el sindicato para
reforzar la acción sindical en la empresa y la acción social en la calle. Una
organización más horizontal y participativa, basada en equipos de dirección
colectivos y liderazgos compartidos. Que trabaja en equipo y por proyectos, con
planificación, priorización de objetivos y evaluación de resultados. Que
fomenta la cooperación interna entre las estructuras sindicales. Que incorpora
la ética, la transparencia y el rendimiento de cuentas en todas sus actuaciones.
Una organización feminizada que se compromete con la paridad y con la promoción
de la participación y la visibilización de las mujeres tanto interna como
externamente".
Cosas parecidas también dicen los
"comunes". Todo ello me ha inducido a recuperar y actualizar lo que
empecé a pensar hace ya más de una década. Cuando aspiré a programar y
coordinar el trabajo de la organización de CCOO. Para que cumpliese mejor con
sus objetivos. Procurando utilizar tan eficaz y eficientemente como fuese
posible todos los recursos que tienen. Sin ampararme en que siempre se
necesitan más. A fin de obtener los máximos beneficios alcanzables para los
trabajadores. De acuerdo con las directrices de la Dirección del Sindicato.
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