jueves, 19 de enero de 2017

La parábola descendente del socialismo andaluz



Javier Aristu nos informa de la publicación del Estudio General de Opinión Pública en Andalucía que publica el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía de la Universidad de Granada. El documento completo se puede descargar aquí. Aristu aprovecha la ocasión para comentar los datos en su blog, En campo abierto, que muchos consideramos  un referente de primer orden. Las señas del kiosko las tiene usted en https://encampoabierto.com/2017/01/18/estudio-electoral-en-andalucia/.

Al hilo del escrito de Aristu me vienen a la cabeza las siguientes cavilaciones colaterales. Los datos no parecen halagüeños para los socialistas andaluces y, más en concreto, para Susana Díaz en unos momentos en que, según dicen los mentideros más o menos informados, podría dar el salto para optar a la dirección del PSOE. Voces habrá en el socialismo meridional que le aconsejen quedarse en Andalucía, al menos mientras no aparece una personalidad clara para substituirla. Naturalmente, eso no es cosa nuestra. Lo que no parece objetable es que Díaz es, en la parte que le toca, responsable del agotamiento de su partido en Andalucía. 

Entiendo que el estancamiento del socialismo meridional no está ligado tanto a la crisis del famoso Ok Ferraz como al agotamiento de un modelo político. Un agotamiento que no parece que es percibido por el grupo dirigente andaluz o, en el peor de los casos, no sabe cómo remontar esa parábola descendente. Naturalmente, la espasmódica situación interna del partido es un elemento añadido, a lo anterior, al agotamiento del proyecto socialista.  

Si los datos se mantienen en el tiempo –o se agravan--  todo indicaría (nos advierte Aristu) que, en las próximas elecciones, o se gobernaría en coalición o sobre la base de pactos de legislatura. ¿Con quién? Ahí está la madre del cordero. Digamos que, en Andalucía, hacer una gran coalición con el Partido Popular sería enormemente indigesto para un amplio sector del electorado andaluz. Por ahora, no se vislumbra posibilidad alguna de pactar con Podemos. Ambas formaciones organizan tesoneramente su mutua incompatibilidad al grito de muérete para que yo viva. En todo caso, uno de los dramas que se están consolidando es la imposibilidad de que socialistas y podemitas tengan  unas relaciones políticas medianamente razonables. O caja o faja parece ser la idea fuerza.

Quedaría, pues, la opción de Ciudadanos, una formación política extremadamente versátil. No descartándose ahora un pacto de legislatura. Ahora bien, en esas condiciones todo indicaría que el ubícuo partido atrapalotodo está declinando.


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