sábado, 21 de agosto de 2021

Pandemia: autoridades sanitarias y jueces


Dedicado esperanzadamente a mi amigo, el Tártaro Javier Aristu.

 

 

Algo así como la indeterminación está desluciendo la eficaz campaña sanitaria contra el covid. Con sus más y sus menos, el hecho es que técnicamente la lucha contra el virus ha sido eficazmente brillante, a pesar incluso de los garbanzos negros que de todo ha habido.

Sin embargo, algo ha provocado desconchones en esa buena campaña con efectos indeseables, esencialmente en la salud de las personas. El desorden en las relaciones entre la Justicia y las autoridades, de un lado; y, de otro lado, las disposiciones de los Tribunales Superiores de las Comunidades Autónomas no pocas veces contradictorios entre sí. Un profano hubiera tenido fácil responder a esta pregunta: ¿quién dirige de verdad la campaña, los Tribunales o las autoridades sanitarias?

He tenido –y sigo percibiendo esa situación--  que hay una especie de desviacionismo jurídico por parte de algunos tribunales no para marcar la protección de las libertades civiles individuales sino para ostentar jerárquicamente su poder, no sólo el simbólico, sino sobre todo el real.

Más todavía, no pocos señores de las togas y puñetas han creado los perfiles de una nueva dogmática jurídica que exalta los derechos individuales (algunos de sospechosa nueva planta) en total detrimento de los derechos colectivos.

Nota bene: no se lo tomen a contumelias sino a primeras impresiones. Caso de estar equivocado haré penitencia en la ermita de San Jarando, un santico muy comprensivo y milagroso, patrón de las actividades evergéticas.  

 

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