jueves, 24 de junio de 2021

Cuando la derrota es un punto de reiterada de referencia


 

Breve y enjundioso artículo de Enric Juliana hoy en La Vanguardia. Su título es De Budapest a Lledoners.  Por poco que puedan no se lo pierdan. La cosa va de los problemas que tiene la Unión Europea así en su parte oriental como en la occidental. Lo leo, pienso detenidamente y saco algunas conclusiones a bote pronto, son las de un mirón de la situación política.

No parece que las derechas españolas quieran contribuir a que las zonas de algarabía se sosieguen; antes al contrario su lema no es otro que el ´más madera´. Y, con todas las reservas, podemos añadir que la salida de los presos independentistas, tras la aplicación del indulto, aporte certezas al apaciguamiento político. Es natural, ciertamente, que la salida comporte sacar pecho y, a la vez, que –incluso entre ellos--  haya un marcaje para dejar constancia de quien tiene la pata más negra. Con todo, no me parece eso lo más preocupante; lo que más me inquieta es que ese «lo volveremos a hacer», con unos u otros afeites cosméticos, tiene la raíz de la derrota del procés. Es chocante, el independentismo, de unas u otras dehesas, siempre tiene como referencia la derrota en sus canciones de gesta; una derrota que nunca se quiso analizar a fondo porque se temía llegar a conclusiones correctoras. Derrota de 1714, derrota del procés.

¿Se puede construir un proyecto de futuro teniendo como punto de referencia una derrota? No lo creo. Esta es, a mi juicio, la gran limitación del independentismo, auténtica mermelada del campanario. 1714 y el procés: en tan grandes polvaredas perdieron a don Beltrán, digo, el norte.

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