lunes, 5 de abril de 2021

El trampantojo del independentismo


Entiendo que, desde la máxima dirección de Waterloo en el ´interior´, Jordi Sánchez,  ha reconocido que ha fracasado la principal herramienta para conducir el procés a sus asíntotas. Ha dicho: «Desde la Plaça de Sant Jaume no tenemos capacidad para hacer un embate contra el Estado». Ha caído un jarro de agua helada sobre centenares de cargos públicos, votantes, recaderos y cosarios diversos. Si a continuación referimos que Alonso—Cuevillas –hombre de biografía que nada tiene que envidiar a Toni Cantó, hoy en las dehesas de Waterloo— afirmando que no tiene sentido que el Parlament de Catalunya proclame resoluciones a favor de la autodeterminación, es de cajón que el procés está como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando. Ocurre, sin embargo, que el cacareo es ya pura confusión, siguiendo la lógica del «era de noche y, sin embargo, llovía». El cacareo se ha convertido en un gigantesco anacoluto.

A vista de pájaro parecería que lo que están organizando adrede los dirigentes independentistas de unas u otras banderías  es una gigantesca confusión. No diré que no. Ahora bien, si se quitan todos los perifollos y se observan bien los jeribeques de los que andan chicoleando una solución –incluida la hipótesis no descartable de la repetición de elecciones autonómicas— pronto se verá que el objetivo central es que no gobierne quien ha ganado las elecciones, Salvador Illa. Y si se me apura, diré que la derecha independentista está removiendo Roma con Santiago –o, por mejor decir, Lledoners con Waterloo-- para que no haya gobierno de izquierda, en el bien entendido que incluir a ERC en ese territorio es un acto de caridad cristiana. En suma, como hipótesis podría ser que todo ese zascandileo fuese un trampantojo para que Illa no toque pelo.

 

Post  scriptum.--- «Lo primero es antes». Así hablaba, cuando venía a cuento, don Venancio Sacristán.  

  

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