viernes, 4 de diciembre de 2020

Meditaciones desde mi ambulancia (19)




Acabo de pasar el Ecuador y, poco a poco, voy camino del  Cabo de Buena Esperanza. Diecinueve tratamientos de radio, la mitad de los que me corresponden. Hoy es un día grande para mí. Y ayer también: se aprobaron los Presupuestos generales del Estado con más apoyos que los recibidos por Pedro Sánchez en su investidura. El gobierno progresista y de coalición tiene cuerda. Las placas tectónicas que, desde diversos ángulos, previeron las siete plagas de Egipto han resultado ser meras exageraciones.

Veo dos elementos en el día de ayer.

Primero, la oposición –variopinta desde el Partido Popular hasta Waterloo y los fraticelli de la CUP--  ha salido derrotada, dividida y enfrentada. En ese frente del no, Vox y PP se enzarzan en ver quién tiene la  culpa de que se hayan aprobado las cuentas públicas. Laura Borràs --Waterloo en esencia y presencia--  en todo caso, tiene el suficiente cuajo para explicar las bondades de su coincidencia en las votaciones con las derechas carpetovetónicas.

Segundo. El independentismo catalán ha votado mayoritariamente a favor de los Presupuestos. Es la reedición de la práctica convergente del peix al cove (´pajaro que vuela a la cazuela´). ERC y los escindidos de Waterloo han votado a favor. Y lo han hecho con una competición a ver quién pactaba más y quién sacaba más provecho. De donde podemos llegar a esta paradójica conclusión: pactar con España es rentable para la propaganda electoral de las autonómicas catalanas del día de san Valentín, si don Rafael Ribó lo considera oportuno.

Tercero, hay gente en Ciudadanos que está refunfuñando. Opinan que ha sido un error su voto en contra. Los de Arrimadas no tienen buena puntería. El único arsenal que pueden esgrimir de cara a las elecciones es «la lengua». Tema muy gastado.

Coincidencia entre los analistas políticos: hay gobierno para rato. Incluso El País publica hoy un sorprendente editorial: todas las prevenciones a los apoyos de independentistas y demás han desaparecido, ahora esos partidos son reseñados de forma ´laica´. Un editorial de aplauso que, a la vez, es una manera de decirle a los diversos jarrones chinos aquello de «olvídame». Y es que –pensando maliciosamente--  ningún jarróncillo puede solucionarle al rotativo sus problemas económicos. Ahora es Blas Herrero. Me dicen personas que están en el ajo que esa oferta de Herrero está auspiciada por Iván Redondo y la señora Botín.

Hay gobierno para rato. Pero que no se entere el gobierno de que se dice eso por ahí. Es mejor que sigan en tensión, sin relajarse. Porque si se lo repiten a mansalva, un socio –el que sea--  intentará levantarle el gallo al otro.

La ambulancia llega a casa. No tenemos tiempo para comentar la propuesta de Pablo Iglesias sobre la semana laboral de 32 horas. Lo haremos mañana, que no tengo que madrugar. Lo que diga no será apto para taquicárdicos.

 

Post scriptum.---  «Lo primero es antes», enseñaba don Venancio Sacristán con igual énfasis que Eratóstenes mostraba su famosa criba de los números primos.

  

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