domingo, 15 de diciembre de 2019

Iceta, grumete, contramaestre y almirante




El Congreso de los socialistas catalanes ha reelegido a Miquel Iceta como secretario general. A la búlgara. Lo que es sorprendente en un partido con ríos, afluentes y subafluentes. Visto desde fuera de la organización me atrevo a dar una explicación de las razones de tan rotunda elección.

En primer lugar, estimo que es un gesto de reconocimiento a quien --en tiempos de desbandada de importantes marinos de agua dulce que dejaron la nave en completo abandono y nadie quería coger el timón— Iceta hizo de capitán, jefe de máquinas y contramaestre. Arregló las cuadernas y calafateó la embarcación y salió del dique seco.  

En segundo lugar, la aclamación de Iceta es una respuesta afectuosa a las, por decirlo suavemente, salidas de pata de banco de los viejos galápagos del socialismo que añora las nieves de antaño, algunos de los cuales le han insultado gravísimamente. De esos dirigentes en parte herederos de la tan confusa como dolorida generación del 98. Que ya empiezan a abrazar un preocupante nihilismo, y algunos de ellos involuntarios valets de chambre de la derecha de siesta y orinal.

No siempre las votaciones a la búlgara son inquietantes.  



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