viernes, 20 de diciembre de 2019

ERC o «La Tarara, sí; la Tarara, no




«No hay que parar las negociaciones en ningún caso. Hay que estar dispuesto a dialogar siempre». Así ha hablado Oriol Junqueras esta mañana en Catalunya Ràdio. Me parece perfecto. En esa dirección apuntábamos ayer cuando, desde ERC, se suspendían las negociaciones hasta más ver. «En ningún caso» es suficientemente claro como para no inducir a equívocos. El problema es algo tan simple como quién manda en Esquerra, y sobre todo qué capacidad tiene quien manda de que le hagan caso. Más todavía, ¿realmente hasta dónde cala el (retórico) mensaje de hacer política y no montar pollos a diestro y siniestro? ¿se queda dicho mensaje en la superficie o hunde sus  raíces más debajo de las capas freáticas del partido? 

Tendremos una aproximación en el congreso republicano que se celebrará este fin de semana: veremos hacia dónde apuntan los frentes de juventudes y senectudes. Veremos si Junqueras es un profeta desarmado o un dirigente que, además de auctoritas, tiene autoridad y mando en plaza. Veremos, en definitiva, si ERC abandona su situación de ´partido intimidado´  y rompe de una vez por todas con su condición de hermano menor de los post post post convergentes. Y deja de tener como canción distintiva «La Tarara, si; la Tarara, no». Debe desprenderse, en suma, de su fidelidad al canon ´patriótico´ que dicta Waterloo, pro domo Puigdemont. 

Por lo demás, no me parece percibir que los diferentes frentes de ERC sean suficientemente avispados con relación a las consecuencias de torpedear la investidura de Pedro Sánchez.  En concreto, la repetición de elecciones generales que, muy probablemente, podrían representar un triunfo en toda la regla para las derechas al grito de «¡Vivan las caenas!».

 Post scriptum. Me ha llegado la noticia de que Pere Colell (en la foto de arriba) ha sido galardonado con la Medalla Francesc Maciá. Pere, grande entre los grandes; una ejemplar biografía sindical.

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