martes, 15 de diciembre de 2020

Meditaciones desde mi ambulancia (25)


 

Repaso mi cuaderno de notas y veo que tengo atrasados algunos comentarios. Apunté hace algunos días que circulan por los mentideros políticos barceloneses que Íñigo Errejón prepara su lista para las elecciones autonómicas que se celebrarán el 14 de febrero, siempre y cuando don Rafael Ribó no le ponga reparos. En todo caso el rumor viene avalado por la circunspección de La Vanguardia. Lo que quiere decir mucho o, por el contrario, no decir nada. Da incluso el nombre del candidato errejonista por Barcelona. Se trata de Juan Antonio Geraldes, politólogo. Sería la segunda vez que Errejón repitiera lista y candidato por Barcelona.

Si la noticia es cierta, ¿qué sentido tiene esta nueva candidatura de la izquierda? Ya me guardaré mucho achacar a Errejón intenciones divisionistas. Esta es la primera tentación que se me ocurre. Pero la deshecho por vulgarmente facilona. La explicación sería la torpeza del que fuera fundador de Podemos. Una torpeza reincidente. Más todavía, entiendo que ni siquiera tendrá fuerza para arañar votos a sus competidores, sean estos los que fueren. Aunque bien pudiera ser –repito, de ser cierta la noticia--  que fuera una pica para poder negociar un lugar en la lista de En Comú—Podem o donde quiera que fuesen.

Me imagino la respuesta: «Aquila no capit muscas». O sea, el águila no caza moscas.

Me quedan trece días de tratamiento. Mi acompañante habitual, un anciano que tiene mi mismo tratamiento, acaba mañana. Le felicito, pero me extraña su reacción de desagrado: «Más tiempo con mi señora».

Volvemos a casa. Leo: «El Tribunal Supremo de los Estados Unidos no va a decirnos quién es el próximo presidente. Nosotros, el pueblo, lo haremos». No es un peón caminero de Ohio, es Michael Flynn, ex consejero de Seguridad. Es la exhibición rotunda del insurrecionismo que Trumpp ha ido amasando en los últimos tiempos. Por partida doble: no se acepta la voluntad de la mayoría, ni de la autoridad de aquellos, los Tribunales, a los que se ha recurrido.

Es un insurreccionismo, que se ha ido moldeando a través de las 25.000 mentiras contabilizadas (dice George Packer) que ha difundido el Hombre—bronca. Es la conclusión del mensaje trumpista y la recepción de centenares de miles de personas --«autoexiliadas de su autonomía personal», una patología emergente así en Cataluña como en los EE.UU.— que seguirán a pies juntillas el tuit made Viejo testamento.

Entiendo que la novedad que nos viene desde Norteamérica es la siguiente: hasta hace relativamente poco, lo que venía del Imperio era una potente influencia que se seguía con mayores o menores dosis de papanatismo; la elección de Biden—Harris cambiará la presión del trumpismo hacia el resto de Occidente. Pero el trumpismo estará presente. Cierto, con la enorme desventaja de haber perdido las elecciones. Eso hemos ganado.

 

Post scriptum.--- Se puede ignorar que Eratóstenes construyó la criba de los números primos. Mejor que no. Pero es imprescindible saber que «Lo primero es antes». Lo enseñó don Venancio Sacristán.


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