Madrugada lluviosa. Noche cerradísima. Son las siete y cuarto de la mañana. Voy ya a lomos de la ambulancia.
El portavoz parlamentario de Vox y
responsable de Relaciones Internacionales, Iván
Espinosa de los Monteros, ha asegurado durante su participación en un foro de
Nueva Economía que «todavía no está claro que Trump haya
perdido las elecciones porque
no se ha oficializado quién las ha ganado». Además, ha subrayado que «está
siendo cuestionado el sistema de votación en muchos estados, se han cometido
«presuntos fraudes» y que hay «dudas». No se trata de un pronto, pues otros
dirigentes de la misma formación –por ejemplo, la esposa de Espinosa, Rocío
Monasterio— han abundado en lo mismo. Lo aparentemente chocante
es que, horas antes a estas declaraciones, el Tribunal Supremo de los EE.UU.
por unanimidad mandaba a Trump a hacer gárgaras. Vale la pena señalar que entre
tales magistrados, nueve en total, se encuentran tres que fueron designados por
el mismísimo Trump.
Entiendo que los de Abascal no
han perdido el oremus. Saben qué hacen y qué quieren hacer. Porque lo
aparentemente estrafalario del planteamiento –o sea, repetir miméticamente lo
que ha estado diciendo el Hombre—Bronca— hay que traducirlo de esta manera:
Abascal es el Enviado de Trump en la Tierra. ¿De un derrotado? Sí, de un
derrotado que ha cosechado cerca de setenta millones de votos. Setenta millones
de los que muchos de ellos –no todos, ciertamente-- son la
resultante de ese trumpismo mediático. Naturalmente ese mensaje se dirige a su
competidor, a los paniaguados de Casado y allegados.
Por lo demás, también cabría una
explicación añadida: Espinosa está proponiendo ensayar aquí en España la
técnica de Trump, esto es, reconocer en los procesos electorales sólo lo que
les convenga.
Me pregunto si alguien le ha
recordado a Casado el famoso refrán «Cría cuervos que te sacarán los ojos». Y
digo para mis adentros que la Arrimadas hace
un mal negocio manteniendo las relaciones peligrosas con tan chocantes
allegados. París bien vale una misa, siempre y cuando no te condicione de por
vida.
Es viernes. Tengo descanso de
ambulancia y de radioterapia el fin de semana. No entiendo por qué la Docta ha
admitido esa cursilería bitonga de finde. Y sin embargo nunca
admitió la popular voz santaferina «cucurumbillo», que equivale a ir
a hombros. Cucurumbillo es, como puede verse, un término elegante y de posibles
orígenes latinos. Cucurum, la parte de arriba.
Post scriptum.--- «Lo
primero es antes». Así habló don Venancio Sacristán.
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