Siete y diez de la mañana en Pineda
de Marx con cinco grados. La
ambulancia, tras el fin de semana descansado, llega a la puerta de casa.
Apenas si encontramos tránsito. Es el momento de meditar hasta que entre en el
acelerador lineal. Y me viene a la cabeza el reciente artículo de Enric Juliana La
Commonwealth mediterránea (1). El aspecto
central de ese escrito es el corredor del Mediterráneo y el protagonismo
político que, en ese terreno, tiene Ximo
Puig, presidente de la Generalitat Valenciana. En ese
sentido recuerdo –mejor dicho, lo busco en mi almacén de los chats, todos ellos
aptos para todos los públicos-- lo que
un amigo, en funciones de secretario general 5.0 concluyó tras un debate provechoso: «Las
dinámicas económicas regionales (en un sentido amplio) pueden ser la nota
principal de los próximos años si los fondos europeos no se gastan en la
lubricación de redes clientelares. Esas nuevas dinámicas pueden empujar a favor
del federalismo y también pueden poner en crisis algunas partes de la planta
autonómica. Es sorprendente como la gente entiende ahora la idea de los
corredores económicos. Hace diez años no era así. Ximo Puig ha noqueado a
Torra. Esquerra, el partido más inseguro de Europa occidental, 'vol i dol'.
Fácil no va a ser. Pero vienen malos tiempos para las señorías feudales».
Prorrumpimos
en aplausos usando los pertinentes emoticones. Por lo que nos evitamos proceder
a la votación del mentado resumen. Inercias de antaño. Recuerdo que en el pleno
del Comité central del Partido –el Partido, así lo conocía todo el mundo desde
el militante de los valles pirenáicos hasta la
secreta— que se celebró en
Roma en el verano de 1976, todavía ilegales, tras el informe de Santiago Carrillo, hubo un aplauso general. A
continuación, desde la mesa el moderador dijo: «Se procede a votar». Dolores interrumpió y, extrañada, dijo candorosamente:
«Pero, si ya hemos aplaudido, camaradas». Naturalmente, se votó. O tempora o mores.
Retomo
el hilo: me pregunto la razón del silencio de los socialistas sobre el corredor
del Mediterráneo. De hecho, serían los únicos que exhibirían esa propuesta en
la política catalana. Los independentistas no ven con buenos ojos todo lo que
signifique modernizar los campanarios; la derecha política ha dimitido, así en
Madrid como en la periferia, de hablar de ello, provocando el estupor de la
derecha económica. En fin, así se las ponían a Miquel
Iceta.
Mañana
tengo, otra vez, recreo.
Post
scriptum.--- «Lo primero es antes»,
máxima de don Venancio Sacristán, empieza a ser
aplaudida en California.
1)
https://www.lavanguardia.com/politica/20201203/49854125942/la-commonwealth-mediterranea.html
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