domingo, 29 de noviembre de 2020

Militares retirados inquietos


 

Vuelve a redoblar el tambor de granaderos pero ahora, asténico, no inquieta a nadie. Setenta y tres mandos militares retirados, sólo del Ejército de Tierra, han dirigido una carta al Rey. Todos ellos son de la promoción del 64, en plena dictadura franquista. La misiva es poco original aunque contiene una novedad.

La vulgaridad es la acusación al Gobierno de «amenazar la unidad nacional». No importa que ese mantra se venga repitiendo desde los tiempos de Indíbil y Mandonio y, hasta la presente, sea sólo un asustaviejas*. Tal dicho siempre tiene una (relativa) capacidad de reenganche para paisanos y militares. Sin embargo, las capas tectónicas se niegan a seguir esos augurios.

La novedad es la asunción descarada que los ex militares hacen del discurso de Vox: «Gobierno social—comunista, apoyado por filoetarras e independentistas».  No es que sean incapaces de enhebrar otra sintaxis, es que quieren dejar clara su adhesión explícita a Vox. De manera que el tambor de granaderos no está con Pablo Casado. Lo que, por elevación del tiro, es un feo en toda la regla a José María Aznar.

El tambor de granaderos --«el Alcázar no se rinde»--  quiere potenciar a los de Abascal porque, a mi entender, no se fía de los vaivenes de los de Casado. De este político que va del caño al coro y del coro al caño. O sea, esta actitud es una de las expresiones de la falta de autoridad de una derecha que, simultáneamente, es vista como «cobarde» e impotente.

No es irrelevante esta toma de posición, que se une a la de hace unos días de jefes jubilados del Ejército del Aire. Con todo, indica que unos y otros están desubicados de los cambios que se han dado en la sociedad española y auto marginados de la cultura militar de países de democracia madura. Incontinenti lo ha dejado claro el Foro Milicia y Democracia: esa actitud de los altos mandos «sería impensable en Francia, Reino Unido o Alemania». Las cosas claras: las cabezas de esos militares solo sirven para lucir aparentemente el quepis, para pensar ya tienen a los escribidores de Vox. Vale.

 

·         La Docta no recoge en su monumental diccionario la palabra asustaviejas, que lleva siglos utilizándose por académicos, peones camineros y defensas laterales derechos. En cambio, en su última bendición de palabras ha admitido la voz finde. Summa estultitia.

 

Post scriptum.--- Don Venancio Sacristán enseñaba: «Lo primero es antes».

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