lunes, 30 de noviembre de 2020

Meditaciones desde mi ambulancia (15)


 

Ayer celebraron primarias los de Waterloo. La pugna estaba entre Laura Borràs, portavoz en el Congreso de los Diputados y el Conseller Damiá Calvet. Se ventilaba quién sería el primer espada en los carteles para las próximas elecciones autonómicas catalanas, se hagan con o sin el consenso de don Rafael Ribó. Ella, torrista hasta la cruz de los leotardos; él, tenido como puigdemontista del interior. La primera consideración es el escuálido número de participantes, que vendría a demostrar el bajísimo nivel afiliativo de Junts. La segunda consideración: goleada de la Borrás con un apabullante 76 por ciento frente a un testimonial 20,5 por ciento para su contrincante. Un 3.7 por ciento consideró que ni oxte ni moxte, votó en blanco. Tercera consideración: el torrismo parece tener la batuta en ese partido. No sería de extrañar que, andando el tiempo (posiblemente tras las elecciones autonómicas), oigamos un rechinar de dientes entre los cabezas de ambas banderías, torrismo y puigdemontismo.

Sigo considerando, mientras el caballo cuatralbo de la ambulancia atraviesa ligero la ciudad donde Joan Peiró dirigió la cooperativa, el Forn del Vidre, antes y después de ser ministro de la República. La predilección masiva por Borrás mostraría que muy mayoritariamente –al menos en esta ocasión--  Junts opta por la bronca frente a la imagen que Calvet ha forjado (y le han atribuido sus parciales) de gestor y poco amigo de griteríos. Ha ganado Juanita Calamidad frente a un modoso diplomado.

Aplastante resultado favorable a Borrás. Seamos claros: Junts es ahora el cubículo del catalán irascible, que es la fase superior del catalá emprenyat. Es el cuñadismo con calisay. Es ese sector que pasó de la política durante años y años y, de repente, a la llamada del flaviol se adornó con lacitos y trapos con forma de banderas.

Con todo, esta lista que presidirá la Borrás tiene una engañifa de padre y muy señor mío: el hombre de Waterloo irá en los primeros puestos. No para salir, sino como reclamo: el mismo anzuelo que tiene Jorge Javier Vázquez para subir la audiencia, es decir, el reparto de la herencia de Paquirri y los desencuentros entre Kiko Rivera y la Pantoja. Será, pues, una lista—engañifa. 

Llegamos a  can Ruti más pronto que nunca: son las 8 y media de la mañana.

 

Post scriptum.--- Se recomienda la lectura del libro El hijo del chófer, de Jordi Amat. Si se hubiera publicado en los EE. UU. tendría el Premio Pulitzer. Pérez Galdós redivivo.

«Lo primero es antes», enseñaba don Venancio Sacristán.

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