jueves, 19 de noviembre de 2020

Meditaciones desde mi ambulancia (8)


 

La calidad de la asistencia médica, la labor de los profesionales y el buen hacer de todo el personal de can Ruti –incluidos los servicios de ambulancia-- que me cuidan me da una gran tranquilidad para afrontar  la impertinencia de ese cáncer que se me coló con descaro y sin pedir permiso. En este caso, pan chupao. Sosiego, pues.

Precisamente es lo que falta en la vida política española o, por mejor decir, en su cogollo, a saber, el Parlamento español. Y medito: me parece bien que se televisen las sesiones parlamentarias, pero el uso que hacen algunos políticos de ello es francamente deleznable. Las peroratas no van dirigidos exactamente a la Cámara sino que, exhibiendo lo peor de cada cual, se orientan a la agitación callejera. Y, como dejó sentado nuestro Lope de Vega «porque, como las paga el vulgo, es justo / hablarle en necio para darle gusto».

Pero ese ´hablarle en necio´ ha sufrido un cambio; ahora se ha pasado a discursear –neciamente, por supuesto--  tabernariamente, sin orden mental y, en particular, a golpe de infundios. Pablo Casado y sus parciales se han especializado en ello. No es nuevo, desde luego. La lectura de los Episodios Nacionales, de don Benito Pérez Galdós, muestra que nada hay nuevo bajo la capa del Sol. Lo nuevo es, en realidad, la difusión instantánea y de masas de esas atolondradas discusiones.

Veo la mar mediterránea a mi izquierda cuando la ambulancia está a la altura de Sant Pol de Mar que Paco Rodríguez de Lecea bautizó como Poldemarx. Y así quedará entre nosotros dos. Mar en calma y como dice la napolitana «l´ aria é serena». Mar en calma y airecillo sereno, justamente para llevarle la contraria a los jabalíes con corbata.

Bronca estrepitosa con algo que la acompaña: el mismo tema al que le dan vueltas y revueltas. Bildu y mil veces Bildu. Es La Parrala. Tanta insistencia cacofónica por parte de las derechas me lleva a otra meditación: es posible que sólo sepan hablar de esa sambumbia. El resto de los asuntos es para ellos terra incógnita.

Casado y sus allegados son incapaces, al menos por el momento, de hilar un discurso donde se propongan medidas serias para cualquier asunto que afecte a las personas de a pie.  Casado se empeña en mantenella y no enmendalla, a pesar de que la Unión Europea ha avalado los Presupuestos Generales del Estado. Casado es, hoy por hoy, carne de oposición.

Leo a la altura de Llavaneras –estamos ya de vuelta a Pineda de Marx— un magnífico artículo de Paco Rodriguez de Lecea en su blog, Punto y contrapunto. Se titula La credibilidad cotiza a la baja. Lo comparto de abajo arriba y de arriba abajo (1). Mil luchas democráticas avalan a mi amigo; mil luchas sindicales le proporcionan esa sabiduría. Haría mal Pablo Iglesias el Joven si desoyera las sugerencias que contiene ese artículo.

Recuerde, pues, el dirigente de Podemos que los experimentos deben hacerse en casa y con gaseosa. Porque realmente no sabemos qué se propone con esa diligencia hermafrodita y esa política epicena.

 

Post scriptum.---  Me quedan sólo treinta viajes a can Ruti. Tengo, además, la suerte de que mis compañeros de ambulancia –todos ellos de Pineda de Marx— son optimistas a carta cabal. Todavía no les he dicho que «lo primero es antes», según refería don Venancio Sacristán.

 

1)         https://vamosapollas.blogspot.com/2020/11/la-credibilidad-cotiza-la-baja.html?spref=fb&fbclid=IwAR0gl9dgsfXV5N9xGt3-JwmgVPVyWz3pglh9tXDn85AdWOQqM1UXdhfj6qk  Paco Rodríguez de Lecea es el primero de la izquierda, que está de pie.

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