jueves, 31 de enero de 2019

Podemos, una ocasión perdida




La reunión de ayer de Podemos acabó de la manera más convencional cuando las tempestades cruzan el territorio partidario: «Tenemos razón». No parece que se le haga mucho caso a doña Empiria, esto es, los que siempre dicen haber tenido razón atestan los cementerios de la política junto a los que no la tienen. Doña Empiria y doña Correlación de Fuerzas, dos grandes damas, que no son suficientemente escuchadas.

«Tenemos razón». Y sobre esa piedra construirá su razonamiento. Sin embargo, para este caso concreto –el quilombo de Podemos— propongo la siguiente reflexión. Sin lugar a dudas, Íñigo Errejón es el primer responsable de esta crisis. Pero Podemos en su conjunto (y muy personalmente Pablo Iglesias, el Joven) es el responsable de no haberle dado una solución.  Errejón es responsable de las consecuencias de su acción «unilateral» y, tal vez, elitista. Podemos, con Iglesias al frente, es responsable de las consecuencias de no haber dado una solución. No entramos en si han querido o no. El hecho inobjetable es que la salida que ha encontrado el  máximo organismo de dirección es la pontificación auto referencial: «Tenemos razón». Roma locuta causa finita, que en vulgar viene a decir habló Blas, punto redondo. Una salida en falso o una ocasión perdida, se prefiera. Más todavía, ese interesado «tenemos razón» queda referido al exclusivo caso de Errejón, mientras que el caso Ramón Espinar ha dimitido en plena borrasca.

Addenda. Un  viejo romance relata que «en tan grande polvareda / perdimos a don Beltrán». Sin embargo, el autor de esos versos aprovechó su anonimato para no explicarnos de dónde vino la tal polvareda.

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